Capítulo 9: La bruja de mi sueño

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Emily

Ya había utilizado la ducha nuevamente y escogí un vestido negro de flores azules sin manga que me llega hasta las rodillas, y unas zapatillas doradas. Cepillé mi cabello hasta asegurarme de que no quedará ni un nudo y lo deje caer sobre mis hombros. Bajé tranquilamente y oigo a Nicolas en la cocina hablando nuevamente por teléfono ¿Quién será? ¿El mismo de ayer? Decido que es mejor no molestar y me siento en la enorme mesa de cuatro sillas frente a un plato lleno de panqueques con queso.

-Gracias por la información, Charlie.- lo oigo decir y cuelga. Su rostro se veía molesto y pensativo ¿Charlie? Ese debe ser el que le hace llegar la información a Nicolas sobre el paradero de Lucinda.

-Buenos días, Emily.- me saludo con una sonrisa amable. Cuando había estado en la habitación no me di cuenta de lo que traía puesto, era un delantal blanco encima de un suéter manga larga gris y sus vaqueros negros, se veía como un cocinero de verdad. Un cocinero que nunca probaría la comida que prepara porque no es su tipo.

-Buenas días, Nicolas ¿Estabas hablando con el que te dio información sobre Lucinda?- un vampiro esta muerto pero este me parece más muerto de repente. Su rostro se volvió más blanco todavía y suspiro.

-Sí, mi amigo Charlie dice que Lucinda volvió a su casa anoche así que, iremos después de que comas.- se sentó frente a mí y me hizo señas de que comiera.

-De verdad te lo agradezco, Nicolas.- le regale una sonrisa. Era la primera vez que le sonreía tan amistosamente a aquel vampiro y él lo noto, se sorprendió y me regalo otra de sus sonrisas divertidas.

-¿Puedo hacerte una pregunta? Si no es molestia.- enarco una ceja.

-Depende de lo que quieras saber.-respondió cauteloso.

Sé muy poco de él, sé que estuvo casado y que fue forzado a servirle a Sebastián pero nada más.

-¿Cuántos años has vivido? ¿Cuál es tu pasado?- se cruza de brazos y se inclina hasta quedar diez centímetros cerca de mi cara.

-Esas han sido dos preguntas y la segunda es mejor que nunca sepas su respuesta. No sé exactamente cuando nací y mucho menos la edad que tengo pero puedo decirle con seguridad que he vivido tantas desgracias que la asustarían de solo contarlas. No deseo ofenderte Emily pero no la conozco y mi pasado es algo que me gustaría mantener en secreto.

-Me parece injusto que conozcas casi todo de mí y yo no sepa nada de ti. Estos últimos dos días he vivido un completo infierno y desearía poder conocer un poco más sobre el vampiro que tiene complejo de súper héroe.- replique. ¿Qué sucede con él? En un momento es comprensivo y luego es tan irritante.

-¿De súper héroe? Todo menos eso. Mi interés por tu es debido a un gran arrepentimiento que llevo dentro desde hace algunos años. Espero que nunca tengas que enterarte de lo que hice por eso no deseo darte información sobre mi pasado.- se levanto de la mesa y me dejo allí sola con una extraña presión en mi pecho.

Todo el camino hasta la casa de Lucinda fue silencioso. Nicolas era una especie de guía mudo que me sacaba de quicio. La bruja vive en una mansión que tiene un campo protector impenetrable así que, hemos esperado durante horas a que aparezca alguien o que el mal educado consiga como entrar. Daba vueltas y vueltas alrededor de la casa sin éxito alguno "Coloca tu sangre en la reja y podrás entrar" Había dicho la voz de mi cabeza cuando llegamos pero no me atrevía a intentarlo, no con un vampiro cerca aunque tarde o temprano tendría que hacerlo.

-No encuentro alguna brecha por la cual entrar. Todo está protegido perfectamente y cada vez que intento entrar me da descargas insoportables.- se sentó a mi lado dejando un espacio no muy grande entre nosotros. Sacudió su cabello frustrado.

Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora