Capítulo 27: Cita con un vampiro

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Emily 

Esta dimensión era muy parecida a la real con la diferencia de que todo lo que quisiéramos en el momento aparecería. Los alrededores de la casa eran inmensos pero el mundo fuera de allí no existía completamente, todo era silencioso y sin personas. Caminamos hacia el bosque uno al lado del otro sin decir ni una palabra. El sonido de las chicharras llamando a la lluvia hacia que este reluciera aun más, búhos y venados que se oían más lejos. Era tan pacifico.

-Me pareció buena idea venir aquí ya que, fue lo que pediste.- dijo en un susurro.

-Siempre he querido estar en un bosque y cuando vi el de Sara quede fascinada.

-Mi cuñada vive adaptando la casa de diferentes formas. El bosque fue para que su marido tuviera un lugar donde cazar pero también creo que pensó que sería una buena idea como adorno.- rió dulcemente.

-Seguramente. Sara sería una buena vendedora de casas.- recalque la última palabra en mi mente. Como vendedora de casas si pero de ropa, definitivamente no.

-Puede ser aunque, Charlie no la dejaría salir de casa. Tienen tantas discusiones porque a mi familia no le falta dinero como ya podrás haberte dado cuenta, y Sara quiere trabajar pero sólo por gusto.

-Tú hermano es algo... sobreprotector.- soltó una carcajada.

-No más que yo.- reí ante su comentario. Nicolas definitivamente le ganaba a su hermano.

-Concuerdo contigo.

Llegamos a la gran cascada alumbrada por la luz de la luna llena, un mar de estrellas reflejado en el cielo y un campo de flores en mis pies. Es simplemente, hermoso. Quede anonadada ante tanta belleza y sentía la mirada de Nicolas en mi cara.

-Esto parece sacado de un sueño.- sonreí encantada.

-Sí, es cierto.- dijo mi acompañante sin quitarme la mirada de encima. Voltee y me encontré con sus centellantes ojos verdes esmeralda que tanto me gustaban, sonrió y se sentó en un tronco cercano al agua.

-Ven aquí.- palmeo al lado de él indicándome que tomara asiento. Así lo hice.

-¿Quieres nadar?- me pareció haber oído mal.

-¿Nadar? ¿A esta hora?- pregunté incrédula y él solo se rió de mí.

-Será que ¿Te asusta la temperatura del agua?- dijo sarcástico.

-¡No! Es que...-acerco su rostro al mío con una mirada divertida- no tengo traje de baño.- Uf, eso es Emily, tranquilízate.

-Yo tampoco.- se levanto y comenzó a quitarse la camisa. ¿¡Qué!?

Su abdomen está muy bien trabajado y los brazos tan musculosos. ¡Deja de mirar! No puedo. Se quito el pantalón hasta quedar solo en ropa interior. Sentí como toda mi cara ardía y mi pulso se aceleraba a mil ¡Me va a dar un paro cardiaco aquí mismo! Sus piernas gruesas y musculosas al igual que todo lo demás, el cabello le caía en la cara haciéndolo ver más, sexy. Su piel suave y tan blanca como la nieve. Las venas que se le marcaban en los brazos. Me quede embelesada ante su cuerpo y soltó una risita ante mi mirada devoradora. Desvié la mirada avergonzada a otro lugar solo por un instante porque una ráfaga de viento me sobresalto. Nicolas corrió hasta la punta de la cascada con su velocidad de vampiro y se lanzó. Un clavado perfecto debo admitirlo pero ¡Quede empapada! Me levanté bruscamente y esperé a que asomara su linda cara por ahí.

-Lo lamento.- susurro a mi lado. Pegue un brinquito y lo fulminé con la mirada.

-Date la vuelta.- le pedí y lo hizo sin preguntas.

Reencarnación #1  Trilogía ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora