Capítulo sesenta y ocho.

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multimedia: algunos de los hombres Black's protagonistas de la trilogía.
ese ADN está bendecido🖤.

CAPITULO +18

—Responde, maldita sea—rugió Cameron, mirándome con rabia

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—Responde, maldita sea—rugió Cameron, mirándome con rabia.

—Yo...

—Sí—dijo Jack. Y en ese momento lo odié por su rostro de felicidad. Cameron me observaba con rabia y decepción. Mi corazón no aguantaría otra discusión, menos con él—. Antes de que tú tuvieras el descaro para volver, ella y yo estábamos siendo muy felices.

Una punzada arremetió contra mi corazón cuando la mirada de Cameron posó sobre
mi, con mucho odio y rabia. Bajé la mirada y negué con la cabeza.

—Jack, por favor vete—susurré, con las lágrimas cayendo por mi rostro. Jack negó y se acercó a secar las lágrimas de mis ojos, más antes de que pudiera colocar una mano en mi rostro, Cameron se lo impidió.

—¡No te acerques, no te atrevas a tocarla!—le gritó, empujándolo con una fuerza inhumana y haciendo que este cayera al suelo. Me alejé por instinto, sabía que Cameron estaba furioso, y más que eso dolido. Conocía esa mirada, creía que yo lo había traicionado, aún cuando pasé cada noche de estos diez meses pensando en él.

—Cameron, por favor basta—supliqué, cuando lo observé dispuesto a golpear a Jack. Él me observó.

—¿Lo quieres?—habló, tomando a Jack por la camisa y levantándolo, comenzando a dejarlo sin aire. Su rostro sudaba y su mirada había cambiado, la bestia cruel había vuelto —, ¡Responde, maldita sea! ¡Responde!

El diablo estaba de regreso y no sabía si me llevaría con el al infierno.

—¡Suéltalo Cameron!—le grité, esquivando su pregunta , pero este quitó la mirada y golpeó a Jack en el rostro y lo lanzó al suelo. Me estremecí cuando de su rostro comenzó a salir una cantidad grande de sangre—¡Basta!—le grité, tratando de interponerme, más no me lo permitió. Mis manos temblaban, no sabía que hacer. No podía contra la fuerza de Cameron de ninguna manera.

Mi madre se asomó por la ventana de su pieza con Cam en sus brazos. —¡Llamaré a la
policía!—gritó esta, más a Cameron no pudo importarle menos. Y cómo hacerlo, él controlaba todo en este lugar.

Lo único que podía agradecer era la pequeñez de Cam, y que gracias a ello no podía notar el desastre que había en este momento, y cómo su padre molía a golpes a un chico mientras su madre estaba aterrorizada.

—Ve adentro mamá–le grité.

Jack gimió de dolor cuando Cameron golpeó de una patada una de sus costillas, pero no hacía nada por defenderse, era como si estuviera esperando una señal divina para pararse y huir. No lo entendía. Pero no me quedaría a ver cómo Cameron lo molía a golpes.

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