Capítulo cuarenta y seis.

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Las manos de Cameron se aferraban a la tela del negro vestido, parecía que no quisiera desprenderse de él jamás. Le sonreí, él era todo lo que yo alguna vez quise.

—Creo que debemos irnos—murmuró, tomando una bocanada de aire.

El entierro de su padre no había sido para nada un lindo episodio, sobretodo por los gritos de dolor de su madre al ver al amor de su vida siendo enterrado tres meteos bajo tierra.

No quería ni siquiera imaginar todo lo que esa mujer estaba pasando en este momento.

Y para mi tampoco era fácil, yo lo había visto antes que todos, el hombre que me trajo al mundo de Cameron estaba muerto, el proxeneta estaba tres metros bajo tierra.

—Como tú lo desees—susurré por lo bajo, la actitud de Cameron me confundía cada vez más, y a decir verdad ya no tenía ni la más mínima idea de qué haría ahora.

Sus cambios de humor me estaban volviendo loca, en el sentido más literal de la palabra.

Pude darme cuenta de cómo la familia Black me observaba en este momento, me sentía como una total invasora. No tenía idea de por qué me observaban con tanta impresión, pero no me gustaba.

Lo que sí me gustaba era cómo los ojos de Cameron me observaban, con una total admiración.

—Te observan porque estás conmigo, porque jamás he tomado de la mano a ninguna chica—susurró Cameron mientras comenzaba a caminar hasta la limusina en donde Josh nos esperaba.

Los observé, eran muchos. Y sabía que venían más en camino.

Mi mirada se posó por unos segundos en Jack, su semblante estaba serio y bajó sus ojos a mi mano, la que estaba casualmente entrelazada con la de Cameron, un sentimiento profundo de culpabilidad se apoderó de mi, aunque no tenía idea de a qué venía eso.

—Leah—habló fuertemente Jack antes de que pudiera terminar de subirme a la limusina, Cameron se dio la vuelta y supe que los problemas estaban llegando.

—¿Qué necesitas?—susurré por lo bajo. La mirada de Jack se oscureció, tragué saliva fuerte cuando Cameron se le quedó mirando fijamente.

Su semblante estaba serio y traía la mandíbula apretada, pensé que esta en cualquier momento se rompería, así como su paciencia.

—Debo hablar contigo, es... es importante—dijo sin quitarle la mirada a Cameron de encima, este ladeó su cabeza y sonrió irónicamente.

—Estás jodidamente loco si crees que ella se irá de aquí contigo.

Miré esta vez a Jack, sus rostro se veía desesperado por conseguir su cometido. Pero sabía que Cameron no cedería bajo ninguna circunstancia.

—No hagan de esto un espectáculo, por favor—susurré cuando noté la atención de la familia Black sobre nosotros—, Jack, este no es el mejor momento.

—Debes saberlo antes de la graduación, escucha...—me dijo, acercándose a mi.

Cameron lo empujó, haciendo que Jack diera un pequeño retroceso, si no fuera por su equilibrio estaba segura que Jack se encontraría en el suelo. 

Ante esto, los Black's y algunos conocidos comenzaron a dispersarse, en pocos minutos ya éramos casi los únicos que seguían a las afueras de la iglesia. La respiración pesada de Cameron aumentaba mis nervios y mi ansiedad de saber qué demonios estaba sucediendo.

—Jack, por favor—susurré, el chico de ojos cafés me miró otra vez con desesperación.

—Leah, Cameron te ha engañado. Todo este tiempo.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora