—¡Duele!—le grité a mi madre, ella me tomó la mano con ternura y acarició una pequeña parte de ella.
Me encontraba en una habitación del hospital, hace dos horas había llegado, con una dilatación de 8 centímetros y con unos gritos dignos de una película de terror. Las contracciones eran demasiado fuertes, me retorcía de dolor cada cinco minutos y no había nada que ayudase a sanarlo.
Como la pérdida de Cameron.
Nada lo sanaba.
El dolor de no tenerlo conmigo me consumía a cada segundo. Las noticias que trajo su muerte aun más, ni siquiera había sido capaz de ir al funeral.
Esos días estuve internada en el maldito hospital. Y no pude asistir al entierro. Ni siquiera pude verlo por última vez.
—¿Puedes llamar al puto doctor?—le grité a mi madre, ella se sobresaltó, aunque algo acostumbrada a mi carácter de las últimas semanas solo asintió y salió de la habitación.
Jack carraspeó, totalmente ajeno a mis sentimientos. No lo soportaba las últimas semanas, no tenia idea de por qué su presencia ahora se me hacía tan pesada.
Odiaba que se preocupara excesivamente, era mi vida. No necesitaba de él y se estaba dando atribuciones que no debía a causa de la amistad que comenzaba a llevar con mi madre.
Sí, le tenía cariño. Y sí, estaba agradecida por todo lo que había hecho por mi, pero tan sólo recordar que poco antes de la muerte de Cameron él y yo nos besamos me da urticaria. No tengo idea en qué demonios pensaba. Ahora lo veía como lo más cercano a un hermano que jamás tuve.
Y si él no sentía lo mismo ya ese no podía ser más mi problema ni interesarme menos, debió saber que no importa lo que sintiese por él, mi amor por Cameron siempre iba a ser mayor.
—¿Te duele mucho?
El premio a la pregunta más estúpida de los últimos años. Mi vagina se está literalmente abriendo mientras yo sollozo de dolor. Sí, me duele.
—Sí.
—¿Estás molesta conmigo?
Guardé silencio, no estaba dispuesta a hablar sobre esto en este momento.
—No lo estoy.
Jack guardó silencio.
—Te estás perdiendo—susurró, con los ojos aguosos. Me limité a guardar silencio.
Eso era algo que yo ya sabía. Pero no me importaba. Nada lo hacía.
Sin Cameron yo no volvería a encontrarme nunca más.
Observé mi vientre, no podía creer que me encontraba en el hospital en un ardúo trabajo de parto, no podía creer que habían pasado los últimos dos meses tan rápido y estuviese a punto de conocer a mi hijo.
Mi frente sudaba y el aparato que detectaba las contracciones a mi lado no dejaba de emitir un sonido que me molestaba demasiado, qiuse golpearlo y lanzarlo al suelo.
Las lágrimas llegaron a mi rostro cuando pensé en qué haría Cameron si estuviese conmigo ahora. Él deseaba con todas sus fuerzas conocer a este niño.
¿Habría sido un buen padre? Estoy completamente segura de ello.
Mientras limpiaba mis lágrimas una Doctora entró al lugar, se veía muy joven y cariñosa. Se colocó unos guantas y comenzó a palpar mi vagina. Jack observó hacia la puerta, se lo agradecí internamente. No deseaba que viera una escena tan personal como esta.
Gemí de dolor cuando introdujo sus manos en mi cuerpo, estaba siendo delicada, pero de todas formas dolía.
—Creo que la futura madre está lista—habló, pero sólo le desvié los ojos.
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CRUEL
ActionCuando hablamos de la crueldad de las personas, hay algo que se nos escapa. ¿Qué fue de aquellos que la crueldad fue lo único que se les entregó? ¿Qué fue de aquellos que no conocieron el amor? El infierno está sin su rey. Cameron esta aquí. ©Prohib...