Capítulo setenta.

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¡Omg! no puedo creer que llegamos al capítulo setenta jajaja, hemos avanzado mucho, y os agradezco por seguir aquí. Muchos me han preguntado algunas cosasss, y no, no tengo una fecha estipulada para el fin de Cruel, pero sé que sin duda será antes de terminar el mes de Junio del año presente ya que tengo la cantidad de capítulos exacta que queda, y el final además está escrito ya. Espero haber aclarado sus dudas. kisses

Parte1.

—¡Vamos, ven aquí hijo!

Los gritos de Cameron inundaban la casa, corría tras Cam en dirección hacia el césped. Ambos cayeron sobre este y rieron con fuerza.

Cam ya tenía once meses, mañana doce. Y había comenzado a intentar caminar desde hace algunas semanas, a lo que Cameron era el más feliz de todos, jugueteaban todo el día.

Las acciones de la empresa Six habían pasado nuevamente a Cameron, al igual que todo sus ingresos y propiedades. A pesar de que él no lo deseaba así, no podía quedarme con todo ese dinero en mi cuenta bancaria, no era mío y no lo necesitaba.

Cameron había insistido en mantenerlo en mi cuenta, y las propiedades a mi nombre mientras la empresa estaba al suyo, pero también me negué. Eso era algo que debía de discutir con su familia, no conmigo.

Yo no era una Black, nunca lo sería.

Y es que habían tantas cosas que los Black tenían en común, ya fuera su majestuosidad o su manera atrevida de ver la vida, simplemente los Black eran otro prototipo de ser humano, exactamente el mío.

Mañana se cumplía un año desde la aparición de Cam en mi vida, un año desde la vista de sus ojos grises que había cambiado mi mundo, un año de vida.

Increíble cómo había pasado de rápido el tiempo, y cada vez era peor. Cameron y su hijo eran los mejores amigos, pasaban todo el día junto desde que se conocieron, y es que cómo no.

Si Cameron era su padre, sangre de su sangre. E irremediablemente igual a él. Física y psicológicamente. Su cabello cada vez era mas oscuro, y contrarrestaba con su pálida piel y sus pequeños ojitos grises. Era obstinado, serio, y muy perspicaz. Era un bebé, pero tenía mas carácter que muchos, y era igual al de su padre.

Me adentré en la sala, sabía que Cameron cuidaba muy bien de su hijo, me lo había demostrado no sólo a mi, sino que al mundo entero durante estos dos últimos meses. Sonreí por la ventana al verlos reír, aquello era todo lo que necesitaba para sonreír.

Sobre el sofá estaba la ropa de trabajo de Cameron, suspiré y comencé a ordenarla. Entre ellas, hubo una corbata que llamó muchísimo mi atención.

13.

La corbata cayó de mis manos y con terror me alejé de ella. Recordaba perfectamente esa noche, cuando conocí a Michael y él me la había dado. O era esta, o era una exactamente igual. Mi boca se secó, si hablábamos de los Black, las coincidencias no existían.

—¿Qué demonios?—susurré, con la respiración agitada, observando la corbata en el suelo.}

El teléfono de la casa comenzó a sonar y me dirigí hacia él con las manos aún temblorosas, era un número desconocido. Tragué saliva e intenté recomponerme antes de contestar.

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