Capítulo setenta y uno

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Parte dos.

—Vas a decirme en este momento qué es lo que quieres de mi familia—susurré, con las piernas temblorosas. Me perturbaba el parecido de este hombre con Cameron y con mi hijo. Todos tenían la misma mirada.

Michael sonrió y carraspeó.

—¿Qué tanto es lo que quieres proteger a tu hijo?—dijo.

—Qué diablos es lo que quieres—le dije, no dejándome ver débil frente a él.

—Ya sabes lo que debes hacer—susurró, cruzando sus piernas—. Los Black nunca han sido una buena influencia, arruinaron mi vida, la de Cameron, y ¿Adivina qué?—dijo, luciendo como un auténtico lunático—, ahora viene la vida de mi nieto.

Que Michael llamara a Cam su nieto me causaba escalofríos.

—Mi hijo no tiene nada que ver con tu asquerosa familia, él no es nada tuyo.

Michael rió.

—Siempre me has parecido una chica muy inteligente, pero una completa estúpida para otras—dijo, mirándome directo a los ojos—, Martha enloqueció. Dice querer erradicar todo lo que provenga de mi. Y adivina quién proviene de mi.

—Cameron—susurré.

—Así que el padre no siempre es el malo, ¿Verdad?—dijo, mientras mi cabeza daba mil vueltas intentando entender la verdad sobre lo que estaba sucediendo.

—No puede ser—dije, comprendiendo todo. Michael parecía entretenido con la situación.

—Tu querida suegra es la culpable del atentado contra Cameron, ella y Viana son las que planificaron todo ese desastre—dijo, y mi respiración se aceleró.

—No es cierto, tú eres el que...

—¿Realmente crees que si yo hubiera sido el responsable lo hubiera dejado vivo? ¿Por quién me tomas, Leah Hamilton?

—Cameron estará destrozado cuando lo sepa—susurré—, él después de todo, quiere a su madre.

—No te creerá, y yo creo que debes arrancar de este lugar lo más pronto posible, antes de que ese chico y toda su familia acaben contigo.

—¿Por qué debería creerte?—le dije, con las lágrimas a punto de salir de mis ojos.

—Porque yo no quiero que mi linaje muera conmigo—dijo, mirando hacia los lados, percatándose de si los demás nos escuchaban—, sé que para muchos estoy loco y soy un monstro, pero no soy a mi a quien debes temerle. No esta vez—dijo, mientras juntaba sus manos—, Martha quiere acabar con todo lo que tenga que ver conmigo y quienes compartan mi sangre, está obsesionada con ello desde que...

—Desde que torturaste a Cameron durante trece días—le dije, y una vena de su cuello se acentuó. Michael se había enfadado.

—¡Yo quería hacerlo fuerte!—gritó, sobresaltándome y llamando la atención de los guardias. Le asentí a uno, haciéndole saber que yo me encontraba bien—, él era tan débil, tan inocente. No tenía idea de todo lo que le esperaba junto a los Black, no fue culpa mía. ¡Martha lo alejó de mi!

—Tú le arruinaste la vida—susurré, observando a aquel hombre responsable de todo el dolor de Cameron.

—Yo le salvé la vida—dijo, mirándome seguro de sí mismo.

Definitivamente hay cosas que yo nunca entendería acerca de esta familia, y no me quedaría a averiguarlo tampoco.

—Ahora me doy cuenta que haber venido fue una completa pérdida de tiempo—le dije, mirándolo con asco—, espero que te pudras acá.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora