Capitulo setenta y dos

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Dedicado al pueblo colombiano. Mucha fuerza.

Parte tres.

Sabía que Jack y Cameron se odiaban, pero necesita la ayuda de al menos una persona para poder escapar, y no tenía ni la menor idea de cómo haría para irme de este lugar en menos de tres días.

Llegué a la mansión Black completamente sumergida en mis pensamientos. A lo lejos vi a Cameron junto al bebé, reían y se tomaban por las manos.

Mi pecho se oprimió por la decisión que había tomado. Mis ojos aguosos los observaron por varios minutos.

—Se ven muy bien, ¿No es así?—murmuró una voz a mi lado.

Me sobresalté, una melena rubia que yo conocía perfectamente estaba a mi lado.

—Julie—murmuré, con recelo. Hermana mía podría ser de sangre, pero yo jamás iba a compartir algo más con ella que el ADN.

—¿Cómo estás?—me dijo, comenzando a caminar junto a mi.

—Bien—le mentí.—¿Qué haces aquí?

Soné más borde de lo que me hubiera gustado, pero no pude evitarlo.

—Vine a entregarle unos papeles a Cameron de la empresa, como ya sabrás, sólo acude a ella cuatro días a la semana, y el resto de los días debo hacerme cargo yo de Six Company.

—Pensé que el encargado era Steve—susurré.

—No, el está de vacaciones.

—Ah.

No me permitía a mi misma tener sentimientos por esa chica, buenos o malos, pero ahora no podía evitar preguntarme para qué demonios tenia la necesidad de venir a mi casa.

O a la que dejaría de ser mi casa.

Tragué saliva con fuerza e hice una mueca, Julie se detuvo junto mi a la entrada de la casa, Cameron nos observó a ambas y lucía sorprendido.

Claro, no sabía por qué.

Los ojos grises de Cameron nos miraron a ambas y luego se levantó con superioridad, sus pasos llegaron hasta Julie, ignorándome por completo.

—Pasa a mi despacho—le dijo, sin dirigirme la mirada. Julie se percató de su indiferencia e hizo una mueca.

Él estaba volviendo a ser el de antes.

Mis ojos aguosos quemaban, y mi corazón se partía con cada paso que ambos daban juntos. Ellos habían tenido historia, una grande. Y yo no podía sentirme peor por todo lo que estaba pasando, ¿Qué más podía suceder?

Ni siquiera quería responderme, ni tentar al destino una vez más.

Cam me sonrió y corrí a abrazarlo, extrañaba su olor. Sus pequeñas manos me envolvieron y me sentí en paz, las lágrimas comenzaron a caer nuevamente por mi rostro y la puerta del despacho se abrió, revelando a Cameron y a Julie. Sequé mis lágrimas rápidamente, en este momento no deseaba que mi hermana me viera así.

Julie me sonrió y luego le dedicó una mirada a Cameron, oh vaya, yo conocía esa mirada.

Era imposible no darse cuenta lo enamorada que estaba mi hermana de Cameron, lo noté desde el día que llegó a esta casa, y lo noté ahora. Quizás enamorare de Cameron Black era algo que estaba en nuestro ADN.

—Hasta luego—dijo, dándonos una última mirada a ambos. Cameron le sonrío y esta caminó rápidamente hasta la puerta.

El olor de su perfume seguía acá, con nosotros. Y eso solo me enfureció más.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora