─ Pero bebé, estás empapada. ─me quejé tomando al felino entre mis manos. Sus pies están con barro y su pelado estaba húmedo, mi pobre bebé.─ Te dije que no salieras, eso para que aprendas.
Jungkook entró a la sala y soltó una carcajada al ver a lili completamente mojada.
─ Te dije que saldría de todas formas, tonta. ─me recordó entregándome una toalla pequeña─ Hoy saldré con los chicos. Quizás no llegue.
¿Escuché bien? Tn, no actúes como una novia tóxica.
─ Está bien, llámame si necesitas algo. ─Dije sonriéndole levemente─
Vi como se dirigía a la habitación y luego salía con una chaqueta puesta y sus botas negras. Tomó las llaves del auto y salió.
¿Salió? Sí, el muy idiota se fue.
Tomé mi celular y marqué.
─ Bebecita, cuéntame ¿para qué soy buena? ─Preguntó mi amiga riendo─
─ ¿Pijamada?
─ Voy!
─ Déjame ver si entendí. Dices que salió con los chicos y que no llegará ¿es así?
Asentí. ─ En efecto.
Y la ampolleta se prendió.
─ Llamemos a Namjoon para confirmar si el tarado está ahí. ─Exclamó dando saltitos por su increíble idea─
Suspiró pensándolo ¿qué tan malo podía ser?
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Qué dicen ¿lo llama o no?