─ ¿Seokjin? ¿Por qué tienes el celular de Nam? ─cuestioné algo confundida. Estaban en una fiesta, pude comprobarlo por la alta música de fondo─
─ ¿Nam? ¿Quién es Nam? ¡Namjoon, bro! ¿Conoces a Nam? ─gritó haciendo que alejara el celular de mi oreja, mi amiga me hizo una señal y tal como me lo pidió; lo puse en altavoz─
Me quise reír, enserio que sí.
─ ¿Jungkook está con ustedes? Dije que saldrían los siete. ¡Seokjin! Dime algo.
─ Algo. ─rió contagiándome, maldición─ solo somos seis, falta Jungkook ¿buscas lo por qué?
Mi amiga me quitó el celular y cortó la llamada.
─ Bien, no sabemos en dónde está el imbécil.
La mañana estaba fresca y los pajaritos cantaban felices por la humedad. Era un lindo día, excepto para una sola persona.
Un gemido de frustración hizo eco en el salón y luego de eso, un maullido.
Jungkook llegó a la casa que compartían, y valla sorpresa, no había nada más que una nota y una pequeña bolita blanca acostada en el sillón.
"Saldré con las chicas.
Quizás no llegue."¿Acaso estaba molesta por algo?, se preguntó el pelinegro.
Llamó a los chicos y su frustración aumentó.
─ Lo lamento ¡no recordaba nada! ─dijo en un intento de defensa, no funcionó─
─ Escúchame bien, hyung. Si tn me deja será culpa de ustedes.
Tn no entendía el teléfono y tampoco sus amigas, ¿y si algo malo pasó?
No. No lo creo.
─ ¿Qué hicimos mal, lili? ¿Qué hice mal?
La razón de su ausencia...
Era algo difícil de creer, pero no tan imposible.
La razón de su ausencia: preparar una propuesta de matrimonio.