─ ¡Jeon! ¡Tráeme jugo! ─grité tirada en el sofá con el control en la mano buscando algo interesante en Netflix─
─ Ten, fresitas. ─dijo pasándome el vaso con jugo. ¿Fresitas? Es un nuevo apodo: uno de los muchos que me puso─.
En menos de un mes conocí a Jungkook más de lo que me conozco a mi misma. Al principio fue difícil socializar entre nosotros, pero descubrimos que tenemos muchas cosas en común. Llevamos cuatro meses siendo roomies y no puedo negar que empiezo a sentir cosas por él.
─ Ji-eun me invitó a su fiesta de cumpleaños. ─comentó de la nada─ ¿Irás?
─ Claro, dos veces. ¿Estás loco? Ni siquiera me invitó. ─contesté medio enojada. Nosotras nunca nos llevaremos bien: ella es dulce, tierna, y yo soy solo una mortal cualquiera─
Nadie comentó nada más al respecto.
♡
La película iba a la mitad cuando dos malditos adolescentes hormonales aparecieron besándose y sacándose la ropa como salvajes.
Miré de reojo a Jungkook y pude ver como éste se movía incómodo en el sofá, su mano derecha se encontraba dentro de su bolsillo moviendo algo.El ambiente se volvió intenso al ver como los adolescentes estaban prácticamente follando. ¡Por qué esto no salía en las advertencias de edad!. Ahora me encontraba agitada moviéndome igual de incómoda que Jeon.
─ Maldición... ─gruñó─
Roomie.
Parte dos.