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Besties!
Tengo que hacer una mini
historia para mi clase de
arte y es con nota.
Ya la terminé
y necesito opiniones.

Ayuda 😭
(No entiendo por qué se
ve mal el texto)

A Min-Ki nunca le complació tener poderes, pero él era feliz ayudando a la gente que lo acogió, no les importó que fuera diferente a los demás. No sabe con exactitud cuanto
tiempo ha pasado desde la primera vez que comenzó a experimentar esas extrañas sensaciones que de una u otra forma; lo hacían desaparecer. Sin embargo, es reconfortante para él saber que en algún lugar del mundo hay más como él, o al menos eso le hace creer su jefe.

─ Solo tienes un trabajo, ¿comprendes, Min-Ki? ─cuestionó el hombre elevando una ceja,
demostrando autoridad. El mencionado asintió─

─ Entendido, jefe.

Entrar a la casa del mafioso más conocido en el mercado negro no sonaba para nada sencillo, por la misma razón necesitaban al chico, necesitaban de sus poderes.

Las horas se hacían eternas y él estaba realmente ansioso por entrar a esa mansión y robar el costoso diamante que escondían muy bien, según sus sentidos.

─ Bien, es ahora o nunca. ─suspiró Jeongin acomodando su arma─ Todos saben qué hacer, no quiero interrupciones en el último minuto. Vamos.

En silencio salieron de la camioneta y se acercaron al gran muro que daba directamente al patio trasero de la mansión. Min-Ki suspiró cerrando los ojos, concentrándose en él y sus poderes, poco a poco se hacía invisible. Jeongin sonrió orgulloso.

Ya lo manejas bien, niño. -le felicitó bajito, no tenían que ser oídos, obviamente-

Una vez que todos estuvieron dentro se encargaron de quitarle la vida a cada uno de los guardias, dejando sus cuerpos en el piso desbordándose en sangre. Min-Ki solo se concentró en su objetivo , y con ese pensamiento entró a la mansión.

Su respiración era casi inaudible al igual que sus pasos, iba lento pero seguro. Era gracioso el que fuera cubriéndose la boca con una de sus manos, él era realmente asustadizo y más aún cuando se trataba de disparos.

Sólo tenía que subir las escaleras y finalmente lograría lo que nunca nadie había podido.

─ ¡Faltan ocho! ─gritó uno de su equipo, ¿cuánto tiempo se tardó en llegar a las escaleras?─

Una vez estando arriba recorrió todas las habitaciones, hasta que llegó a la indicada. Sin importar a qué lugar miraras siempre verías cosas valiosas, pero no tanto como aquel diamante posicionado dentro de una cajita de cristal. ¿Por qué estaba ahí? algo no cuadraba.

Una de las puertas de la habitación se abrió y un guapo hombre salió con un arma en las manos y una toalla envuelta en la cintura. Min-Ki pudo sentir su rostro caliente y sus poderes fallaron debido a los nervios, quedó perplejo.

─ ¿Qué carajo? ─preguntó el pelinegro bajando el arma─ ¿Quién eres? Dime, ¿cómo haces eso?

─ Dios mío... ─susurró débilmente, la voz de Bon-Hwa lo hipnotizó por completo. Fue música para sus oídos.─ Lo siento.

Pronunció desapareciendo y tomado el diamante. Quiso salir de la habitación pero sintió como un polvo cubrió por completo su delgado cuerpo, ¿eso era talco?.

─ Puedes llevártelo, solo quiero saber cómo haces eso, es asombroso. ─comentó sujetando el brazo de Min-Ki─

¿Éste es el mismo hombre frío del que todos hablaban? A los ojos de Min-Ki parecía lo contrario.

─ Está bien, dame un minuto. ─dijo volviéndose visible─

Acomodó en sus manos la delicada joya y salió de la habitación siendo perseguido por unos penetrantes ojos marrones. Su dualidad era impresionante.

─ ¡Jeongin! ¡Hyung! ─gritó llamando la atención de todos en la primera planta. El mencionado corrió con su arma en la mano y quedó a unos pasos del otro─ Se acabó. Toma el diamante y ve con el jefe. Me quedaré aquí un momento, confía en mi.

Jeongin asintió en silencio, él confiaba en el chico.

Bon-Hwa observó los cadáveres de sus hombres, la sangre manchando las lujosas alfombras y sus preciados cuadros estaban completamente rotos. No estaba enfadado pero, ¿por qué todo ese escándalo por un diamante? Para él no era la gran cosa.

Una vez estuvieron solos en la habitación del mafioso las preguntas de éste fueron abrumadoras.

─ ¿Desde cuándo puedes hacer eso? ¿Te escapaste de un laboratorio? ¿Eres real? ¿Hay más como tú? No en el mal sentido, claro. ─aclaró finalmente rascando su nuca, ¿acaso estaba avergonzado?─

─ Yo nací así ¿entiendes?, no sé si mis padres son como yo, no puede comprobarlo.

─ ¿Por qué?

─ No los conozco. Jeongin y mi jefe son mi familia, ellos han cuidado de mi. ─respondió sonriendo levemente─

Su sonrisa es linda, pensó el pelinegro.

─ Es grandioso. ─alagó poniéndose de pie─ Digo, es grandioso que tengas poderes. Hm, una pregunta más.

Min-Ki lo miró en forma de aprobación.

Hace un momento cuando tocaste el diamante también desapareció, ¿acaso todo lo que todas se hace invisible?

─ Así es. Algo extraño la verdad. ─rió tiernamente jugando con sus manos. El chico le ponía nervioso.─ ¿Quieres intentar?

Juntos se acercaron al gran espejo de bordes dorados y Min-Ki cerró los ojos concentrándose nuevamente en sus poderes. Bon-Hwa sonrió en línea recta admirando
las capacidades del chico frente a él.

─ Puedes tocarme. ─susurró suavemente─

Inconsciente las manos de Bon-Hwa se dirigieron a la pequeña cintura del contrario, sujetándolo con delicadeza y en ese mismo instante su cuerpo desapareció también.
Sus cuerpos encajaban tan bien que desearon no separarse nunca.

Desearon seguir sintiendo el calor del otro.

Desearon seguir sintiendo esas mariposas en el estómago y sus corazones acelerados.

Quizás ayudar a la gente mala no fue tan pésima decisión.

𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝑤𝑜𝑟𝑙𝑑 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora