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La música está tan alta que le es casi imposible escuchar el motor. Comenzaba a preguntarse cómo era posible que el otro estuviera tan tranquilo con tanto ruido. ¿Es que los oídos no le dolían?

Una tonada le perturbo los sentidos, no pasando desapercibido por el otro metamorfo que bajó el volumen del estéreo en el auto, disculpándose por eso y alegando que era mera costumbre de su parte. Taehyung negó y su agarre en el volante disminuyó. El sol recién aparecía por los árboles como cuando se fue y venía a darle la bienvenida en la carretera despejada.

—¿Podrías recordarme por qué viniste? —le preguntó en cuanto su voz fue capaz de alzarse sobre la música del radio.

—Por si la teoría de Theo es correcta y se te afloja un tornillo —le dijo como si fuera algo de todos los días—. Entonces alguien debe detenerte y cumpliré mi palabra de romperte las piernas de ser necesario.

Taehyung se rio por su advertencia y negó para sí mismo. Apenas podía conciliar que de verdad aceptó que Jonha volviera con él, excusándose de que serían como unas vacaciones para él aunque después le dijeron la verdadera razón. Y ya no tenía más argumentos de su lado para evitarlo.

—Hazlo y va a matarte —le dijo apenas desviando los ojos del camino para darle un vistazo rápido—. Dudo que ella te haya hecho prometer eso.

—Nunca dije que fue ella —concordó desde el asiento del copiloto—. Pero sé que eventualmente me lo pedirás cuando lo sientas devorarte hasta las entrañas y tu sangre hierva con ganas de ir a follar, cazar o matar —dramatizo con ímpetu para después serenarse dejando caer todo el peso en el respaldo del asiento—. Lo que ocurra primero

Taehyung se incomodó de sólo imaginarlo, apretando los dedos alrededor del volante y mordiéndose el interior de la mejilla.

—Confías mucho en que sucederá.

—Bueno, es Theo —dijo simple—. Y dado que yo fui su conejillo de indias la primera vez, créeme que no será agradable cuando ocurra... Incluso podría matarte si me lo pides al final.

Volvió a negar con una sonrisa plantada en la boca, resistiendo la inquietud que le dio leer el nombre de la pequeña ciudad saludando su regreso a un costado del camino pavimentado, y forzándose a destensar los músculos de los hombros.

—Me harías un gran favor.

—Siii —respondió largo. Se reclinó aún más en el respaldo y sacó su teléfono para comprobar la señal, y enviar un mensaje a su bruja favorita avisando que ya estaban llegando—. Sólo dame algo de ventaja.




🌔🌕🌖




Tal vez Taehyung quería ignorarlo.

¡Ja! Qué tontería.

Al menos así era lo que Jungkook pensaba después de que no recibiera ni una sola llamada, ni un mensaje más en todo lo que la estadía de Taehyung duró en Daegu. Y tal vez si se sintió un poco triste por haber sido dejado de lado luego de que recurriera a él con anómalas preguntas y después ¡finito! Goodbye.

La palabra 'rechazo' en esa situación le daba náuseas ¿por qué? No lo sabía a decir verdad. Tampoco era el mejor lugar para pensarlo.

De pronto el gentío se levantó con las manos juntas al frente y la cabeza agachada; Jungkook las imitó pero ni él sabía a qué rezarle o pedir por algo, todo por haberse distraído. Buscó ayuda mirando bajo sus pestañas, hallando casi al instante al metamorfo de pie junto a la tarima donde imita la acción al igual que el hombre que, recordaba, era la pareja de Kim Seokjin. 

Red Forest / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora