—Me gusta besarte —suspiró sobre su boca.
Jungkook tal vez no debería estar sonriendo como lo hacía al volver a besarlo, sintiendo cómo el cuerpo ajeno terminaba con la distancia que restaba entre ambos. Mucho menos debía sentirse bien consigo mismo de que esa "seducción" de la que Hoseok hablaba hubiera terminado así.
Pero lo hacía, su cuerpo no podía mentir.
Su felicidad era recíproca, teniendo manos ahora sobre su espalda manteniéndolo aprisionado en la mesa por el cuerpo contrario. Taehyung no sabía por qué sentía como si un millar de sensaciones de pronto hubieran explotado en su interior. Como si todo ese tiempo hubiera deseado hacer eso pero ni siquiera él lo sabía. No hasta que su pene amagó erguirse en sus pantalones.
—No está bien.
Pero se sentía tan bien besarlo. Tan bien poder tocarlo, sentir las manos de Jungkook sujetándolo de la nuca, profundizándolo. Cada vez que sus cuerpos se rozaban era una chispa que sólo prometía iniciar una llamarada. Había calor y electricidad en todos lados.
Se sentía tan libre como emocionado.
Contrario a la vez anterior, Jungkook sólo se mofo en medio del beso.
—No lo está ¿Qué diría mi madre si supiera?
Taehyung se rio,y Jungkook se rio con él, y ni siquiera eso fue impedimento para que otro beso se diera.
¿Así era como se hubiera sentido con otras personas de haberles dado la oportunidad? Quizá, pero ya no. Taehyung no creía que pudiera sentirse así con alguien que no fuera el artista embalsamador que le intenta abrazar la cintura con las piernas.
No le preguntó lo que quería hacer, procediendo directamente a empujar su espalda baja hasta que sus pelvis se frotaron una contra la otra. Se atrevió a sostenerle uno de los muslos con la mano, sintiendo como estos lo envolvían perfectamente, Taehyung amo la sensación de la carne fibrosa. Bajo su palma había fuego, en sus mejillas, en sus labios hinchados, en su lengua cuando se abrió paso entre los labios del otro, cuyas mejillas se ahuecan chupándolo en el intercambio de saliva.
Y existía otro lugar que también se llenaba de la sangre hirviendo que circulaba por su torrente.
—Ouh —lo escuchó sisear, enredando los dedos en su cabello, haciendo que lo mirase—. Tae- ¿Tú quieres?
Su mente viajó rápidamente a su entrepierna, haciéndole saber que todo ese empuje había dejado a su erección presionando entre la hendidura de las nalgas justo debajo del par de pequeñas esferas hinchadas, consiguiendo el par de ojos llenos de estrellas que destilaban la misma necesidad.
Tantas veces escuchó acerca de los pecados, de las tentaciones que embrujaban al prójimo con el fin de extraerles hasta la más pequeña gota de vitalidad. Tentaciones que llegaban en forma de personas, palabras, situaciones o miradas. Cosas tan simples de las que casi nadie podía escapar durante toda su vida. Que por la menor interacción ya tenían el estómago tenso, las pupilas dilatadas, y unas impetuosas ganas de apoderarse de aquello que ansiaban.
Eso que les llenaba la cabeza de imágenes a veces inalcanzables, subidas de tono, e inclusive sutiles pero que otorgaban un insano hormigueo sobre la piel.
Asintió con la respiración agitada, no pensando en algo más que fundirse con él y obtener más del hormigueo quemándole en la ingle.
—Pero no tengo-
—En el baño.
Taehyung nunca había corrido tan rápido dentro de una casa en su vida. Mucho menos imaginó que iba a buscar desesperadamente una caja de preservativos que convenientemente Jungkook había guardado de la última vez a comentario suyo, creyendo que les daría un mejor uso dados los antecedentes sexuales de cada uno.
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Red Forest / TaeKook
FantasyHabía reglas que no debían faltar. No vayas a casa de la abuela. No ignores los susurros que te necesitan. No salgas cuando hay luna llena. No olvides regar el jardín. No permitas que el lobo te atrape. Porque puedes correr. Puedes esconderte, pero...