Red Forest / TaeKook

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Hob☀️

(3)ESTOY MUY NERVOSO JAJAJ AYUD...

Sun noona🐶

(7)QUIERO VER EL TRAJE, DEJAME VE...

Jin hyung🥊

(1)Dios, creo que vomitare

KTaehyung🎩

(2)Mucha suerte hoy :) espero verte a...

XX-XX-XX-XX-XX(crear contacto)

(14)Por favor. Sólo quiero hablar conti...

Wheein noona🦔

(5)MÁS TE VALE TOMARTE FOTOS Y E...

Así encontró su bandeja de entrada luego de haberse duchado antes de alistarse.

Era una locura.

Y haber leído algunos de los mensajes sólo lo hicieron estar más nervioso.

Mientras se arreglaba, se había ocupado en una video llamada con sus hermanas, las que le decían qué maquillaje usar, qué zapatos quedaban mejor y decirle más de un millón de veces que se veía increíblemente guapo. Todo porque él aún no respondía sus mensajes y ellas estaban quizás, más ansiosas que él.

También había respondido uno que otro mensaje de Seokjin, quien le confirmaba cada tanto qué el bufete había llegado y los aperitivos serían deliciosos, si las pinturas estaban listas, y que se arrepentía de haber comido mariscos porque ahora tenía náuseas de los nervios. Cosa extraña, si no se tratara de Seokjin, ya que él era el dueño del museo y Jungkook quien se encargaría de convivir con -esperaba- todos los interesados en adquirir alguna de sus obras.

Jungkook se había preguntado si existía un libro o un manual para las personas que tenían que interactuar socialmente cuando salían a presentarse como uno de los artistas favoritos de un museo o exposición.

"Cómo aprender a usar frases elocuentes y sofisticadas sin parecer un confianzudo del soborno en 10 simples pasos"

Así habría buscado el título.

Hoseok se había llevado parte de su envidia en la tarde mientras su única preocupación parecía ser sí debía usar corbata o no.

Añadiendo la llamada qué le hizo alrededor de las cuatro, llorando porque quería invitar a Misuki para que fuera una cita pero no sabía sí debía porque sería demasiado formal, o por qué iban muy rápido, o porque no le había dicho con tiempo o porque-

Ahí Jungkook le había gritado su nombre para hacerlo volver y tratar de ayudarlo, pues él estaba más despejado tanto de mente como de tareas.

Se había mantenido encerrado en la seguridad de su hogar desde ese incidente, sin cuerpos que embalsamar. Y gracias a ese indecoroso evento -que revivía su mente una y otra vez cada que pasaba de largo la bañera para ir a la ducha- pudo dedicarse únicamente a hacer ese nuevo lienzo, el último de la exposición y nadie le iba a dejar mentir que una sonrisa nerviosa se había apoderado de su rostro mientras daba cada pincelada.

Y, extraño o no, se había quedado casi una hora y media observándola una vez terminó, porque no podía creer que finalmente había plasmado esa imagen en acrílico, y se veía tan imperiosa, y tal vez aburrida para los que no comprenderán el significado.

¿Qué le diría?

¿Qué haría?

Y peor aún ¿Quién era y por qué sabía de su exposición?