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Los cambios de planes eran algo que le podía ocurrir a cualquiera por distintas razones. Él no era la excepción a la regla, pero eso no quería decir que no se sintiera un poco entristecido.



Jungkook

Fue inesperado

Lo siento

Te compensare en cuanto tenga tiempo



El trabajo era una de las razones, y Taehyung debía recordar que Jungkook seguía teniendo más prioridades por encima de él. Ojalá fuera tan sencillo hacerle entender eso a su anhelo de verlo otra vez como los demás días.

Jungkook tenía trabajo que hacer, uno que había llegado a su hogar de improvisto, haciendo que tuviera que decirle que no podría ir a almorzar con él a la central ese día, dejándolo comiendo solo en su oficina como antes de conocerlo personalmente.

Esa sensación ya no le gustaba tanto. Ahora podía admitirlo.

Oh, Kim Taehyung estaba creciendo internamente, eso también lo sabía y se sentía orgulloso de sí mismo.

El olor proveniente de la bolsa en el asiento del copiloto le hizo rugir el estómago. Tan común para él, en especial si lo último que almorzó en la oficina fue hace más de cuatro horas.

Apretó ligeramente el volante, procediendo a subir el volumen de la radio en lo que el camino a la casa del artista se acortaba. Una cena invitada por su cuenta, una visita inesperada y una de esas charlas antes de dormir. Eso sonaba bien para ayudar alguien a relajarse luego de un largo día encerrado en casa trabajando. Que inteligente era Taehyung.

Ajá. Jungkook no era el único que haría las cosas por su parte.

—Se estima que su llegada sea dentro de los próximos días. Se le pide a la comunidad en el Noreste de Seúl, el centro de Busan y las residencias costeras que prevengan el siniestro resguardados en sus hogares ya que aún se evalúa la gravedad del asunto. Granizo se pronostica dentro del quince por ciento de probabilidad...

Taehyung miró por el parabrisas hacia el cielo, mofándose al verlo completamente despejado con sus brillantes estrellas y el viento ligeramente caluroso.














Estuvo por maldecir, Taehyung casi lo aseguraba al percibir las quejas bajitas del otro lado de la puerta, y posiblemente pudo haber recibido un ataque de ojos oscuros acerados en molestia. Cosa que no fue así, pues cuando la puerta fue abierta apenas en el primer timbre que tocó junto al marco, el semblante de Jungkook cambió drásticamente a uno de asombro al verlo ahí de pie con una cálida sonrisa y una bolsa de papel sostenida en una mano.

Sus ojos recuperaron aquella forma redonda, absorbiendo todas las luces nocturnas en el firmamento directo en sus pupilas. Tan mágico.

—Traje pollo.

Red Forest / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora