"Abultó la boca en un puchero, empujando el labio inferior hacia afuera. Tal como esperó, eso no fue suficiente para que las palabras vinieran a su mente o que mágicamente se pudieran plasmar en la hoja de la libreta.
De saber que escribir sería tan complicado se habría negado, aunque, bueno, si se lo decía la señorita Näedlitz tampoco es como si tuviera otra opción, después de todo sólo había sido una sugerencia para comenzar.
Ojalá fuera tan sencillo tomar un talento y hacerlo suyo. O deshacerse de las pesadillas, así no tendría que estar partiéndose la cabeza tratando de pensar qué escribir.
Si tan sólo no fuera tan sensible, si pudiera evitar llorar cada vez que un alma nueva llega a casa. Si tan sólo fuera un poco más fuerte no tendría que preocuparse cada vez que va a dormir por si algún mal sueño iría a visitarlo. Él podría estar descansando plácidamente como sus hermanas en esos momentos, y cada noche, pero ya había sido el colmo. Jungkook no podía vivir con miedo a dormir, ni siquiera a cerrar los ojos, las constantes líneas rojas en sus antebrazos hacían mella en ello.
No sólo se sentía agotado, sino que su hipersensibilidad iba en aumento volviéndolo aún más inestable de lo que ya era y arrastrando todos los problemas sobre su espalda. Afortunadamente tenía una maravillosa especialista que se encargaba de escucharlo, de ayudarle a tener un poco de paz mental, e intentar encontrar alguna solución. Eso lo posiciona donde está, sentado sobre su cama a las once de la noche con un diario abierto y la página en blanco. Llevaba alrededor de dos horas intentando escribir algo. Se suponía que debía plasmar ahí todo lo que sentía con las almas que su abuela ayudaba, lo que quisiera decirles o cómo ayudarlos, pero no tenía ni la menor idea. Cuando lo sentía sabía que quería hacer algo, pero justo cuando estaba listo para escribirlo las palabras simplemente se esfumaban de su cabeza. Realmente no sabía cómo describirlo. Eran todo y nada a la vez, comenzaba a creer que no existían palabras para lo que sentía y que por eso era atormentado ahora por pesadillas sin contexto. Se suponía que también debía escribir sobre eso, pero resultaba aún más imposible si eran una serie de cosas extrañas enredadas entre todos sus pensamientos.
Lo peor era que gracias a esa nueva tortura ya no tenía tiempo de pensar en el pequeño lobito del bosque. Antes, cuando tenía paz y se sentía feliz, iba al límite del bosque esperando por algún llamado o alguna señal que le dijera que había regresado. Ahora no podía hacer eso porque su problema le quitaba todas las energías. Incluso ir a sus clases comenzaba a ser difícil si debía convivir con otros chicos durante horas, por eso debían encontrar una solución antes de que le fuera imposible salir de la cama sin sentir que iba a tener un ataque ansioso.
Se sentía tan triste, no sólo por las emociones externas sino porque cada segundo era peor que el anterior. Tampoco había vuelto a dibujar porque no se sentía animado ni con la inspiración necesaria. Simplemente veía sus lápices sin saber qué podría hacer de todo lo que ve y hace. No se sentía impulsado a querer plasmar algo de lo que le rodeaba.
—¿Sabes qué debería hacer? —preguntó en soledad. Dejó el diario en sus piernas y miró por la ventana a su lado directo al bosque como si cierto licántropo estuviera ahí para escucharlo. A ese punto ya no sabía a quién más preguntarle. Nadie pudo responder a esa pregunta y eso lo tenía así también—. No sé qué escribir. No sé cómo hacerlo —con expresión triste agachó la mirada sintiéndose desamparado—. Quisiera que volvieras, pero creo que ya no recuerdas dónde vivo. Sería divertido jugar otra vez.
Si, tal vez ya no se sentiría así. Al menos eso podría servir para distraerlo y olvidarse de todo un rato. Eso quería creer.
La piel de los antebrazos le escoció justo cuando suaves golpes se dieron contra su puerta. Le concedió la entrada a quien fuera y se abrió segundos después.
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Red Forest / TaeKook
FantasyHabía reglas que no debían faltar. No vayas a casa de la abuela. No ignores los susurros que te necesitan. No salgas cuando hay luna llena. No olvides regar el jardín. No permitas que el lobo te atrape. Porque puedes correr. Puedes esconderte, pero...