IV

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- Adelante - se escuchó la voz del superintendente al otro lado de la puerta. Alex se adentró inmediatamente en su oficina. - Alex, que sorpresa. - se limitó a decir.

- Necesito hablar contigo - se adentró en la oficina y se sentó.

- En efecto - Samuel sabía perfectamente que se trataba de su compañero. Hoy debía decidir.

- Ya elegí a mi compañero - admitió y Samuel sonrió. Alex había pasado la noche entera consultando con la almohada esta decisión y ya la tenía más que meditada. 

- Me alegra mucho escuchar eso - concentró su atención en el comisario - Dime su nombre y lo asignaré de inmediato. - 

- Su nombre es... - titubeó, pero se apresuró a decirlo - David Romero - la sonrisa de Samuel se quedó congelada por un momento.

- Disculpa, ¿Qué fue lo que dijiste? - 

- Dije: David Romero - repitió. La sonrisa del mayor desapareció. 

- Seguimos hablando de lo mismo, ¿Verdad? - se inclinó hacia adelante - Te pregunté por un compañero. - 

- Y yo te respondí con el nombre del compañero que quiero - Samuel esperaba que en algún momento Alex soltara una carcajada y admitiera que se trataba de una broma, pero su semblante serio no desapareció en ningún momento.

- ¿Me estas jugando una broma? - se atrevió a preguntar temiendo la respuesta. Alex negó con la cabeza - Vale... - se inclinó un poco en su asiento - ¿Te puedo hacer una última pregunta? - preguntó con tranquilidad.

- Dime - respondió Alex, impactado de la aparente reacción comprensiva de su jefe.

- ¡¿Te volviste loco?! - y ahí estaba.

- Samuel, escucha... - intentó explicarse, pero su superior lo interrumpió.

- No, tu escucha - lo apuntó - Te pedí que buscaras un compañero, incluso te permití que lo buscaras por tu cuenta y aplicaras tus estúpidas pruebas - estampó la mano en el escritorio.

- Y así fue - admitió Alex - Apliqué las pruebas y ninguno de tus inútiles oficiales las pasó - 

- ¿Y tu criminal si? - reprochó.

- Si, lo hizo mejor que nadie y con una herida de bala en el hombro - respondió con orgullo.

- Alex, no. Es un criminal, irá a prisión por sus actos. - sentenció. 

- Samuel, escucha... - volvió a suplicar.

- ¿Qué quieres que haga? ¿Lo contrato y paso por alto sus crímenes? - 

- Es un excelente partido - soltó sin pensar - Sus habilidades son simplemente impresionantes. Tiene lo necesario para estar en el cuerpo policial. - 

- Tal vez tenga las habilidades físicas y lo que quieras, pero no tiene valores. ¡Porque es un delincuente! - insistió.

- Haría lo que fuera por dinero, si le ofrecemos el trato correcto... - 

- Ni de coña - lo interrumpió su superior. - No es de fiar, Alex. Intentó matarte. - le recordó.

- Ya, porque le ofrecieron dinero para hacerlo, no porque realmente quisiera - se defendió. 

- Le disparaste y lo capturaste, ¿Te parece que estará muy feliz después de eso? - 

- No me hará daño - aseguró.

- ¿Cómo estas tan seguro? - 

- ¡Lo se! - alzó la voz casi al punto de gritar dejando al otro perplejo. Suspiró - Escucha, Samuel. Sé que te preocupas por mí, lo entiendo y te lo agradezco. Siempre has estado para mí, desde el principio, me apoyaste cuando nadie más lo hizo y te agradezco tanto por eso. Pero escúchame, corro mucho más peligro si me asignas a cualquiera de esos idiotas que si me dejas conservar a David - habló con tono sereno. 

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora