XVI

654 84 21
                                    

- Disculpa - los morados ojos de Samuel habían caído en cuenta de una solicitud que había llamado su atención. - ¿Por qué este está en la lista de rechazados? - le preguntó al chico frente al escritorio. - Sus notas son impresionantes. - Samuel analizó el papel.

Tenía razones para estar extrañado. Además de que las notas anteriores del chico eran perfectas, había sido uno de los puntajes más altos del examen teórico de admisión para la academia. 

- Déjame ver - el hombre tras el escritorio extendió la mano para recuperar el expediente creyendo que quizá era un error, pero apenas leyó el nombre soltó una risotada - Olvídalo Sam, ese chico es un caso perdido - el mencionado ladeó la cabeza con confusión. - El pobre es un desastre, debiste verlo en la prueba física. - se burló. 

- ¿Tan malo fue? - volvió a analizar el expediente. 

- En la foto no se nota, pero ese muchacho no mide más de un metro sesenta y mi abuela de 80 años tiene más fuerza en su brazo reumático que él en todo el cuerpo - exageró. Aún así, Samuel siguió atento en el papel. - Además, está solicitando una beca del 100% - añadió. 

- Y con justa razón - habló al fin - Tiene el promedio - resaltó una vez más.

- Samy, ¿Me estás escuchando? - insistió su compañero - El chico no tiene lo que se necesita, no puedes darle toda la importancia a la nota - la mirada morada del mayor permanecía firme. El otro suspiró - Su prueba física fue lamentable, incluso dolorosa de ver, Samuel. La academia no le dará una beca completa a un mocoso sin futuro que juega a querer ser poli - declaró, esta vez con voz más severa. 

- Oh, claro que lo hará - Samuel ignoró por completo los comentarios de su colega y lanzó el expediente al montón de los aceptados. 

- No puedes hacer eso - reclamó el otro - no te paces el filtro por las pelotas, cabrón - el pelinegro sonrió de lado.

- Todos merecemos una oportunidad, incluso él... - le echó una última mirada al expediente. - No... Sobre todo él - concluyó. El chico al otro lado del escritorio negó con la cabeza a la vez que se sobaba el puente de la nariz. 

- No tienes remedio, De Luque - 

- Anda, tomaré la responsabilidad. Considéralo una obra de caridad por mi parte - cuando el otro volteó a verlo le ofreció una de sus más cálidas sonrisas acompañada por un giño. 

A Samuel no se le podía decir que no. 

Un par de meses más tarde conoció a Alejandro en persona, aquél expediente perdido que por un momento dudó entre haber tomado una buena decisión.

El chico era verdaderamente pequeño y débil. Pero peleaba con la voluntad de un tigre. Daba todo de sí en los entrenamientos y se mataba estudiando para mantener su beca. Eso para Samuel ya era suficiente, hacía que valiera completamente la pena. 

Por desgracia, su falta de habilidad y demás provocaba burla entre sus compañeros. Una burla de la que no fue lo suficientemente consiente sino hasta que ya fue, de alguna manera, un poco tarde. Y a pesar de que intentó ayudar, el menor se negaba rotundamente a su ayuda. Tenía el orgullo tan grande como una casa, no, como un edificio. 

- No podemos seguir de esta manera, Alex - repitió por enésima vez mientras limpiaba la herida del labio del mencionado.

- No tiene de que preocuparse, capitán. No es para tanto - le restó importancia.

- Ya te he dicho que no seas tan formal conmigo - le recordó.

- No puedo hacer eso, capitán - 

- Samuel... Solo llámame Samuel - insistió. 

- Disculpe la pregunta, Pero ¿Deja que todos sus alumnos le hablen de tu? - la pregunta dejó paralizado al mayor por un momento.

- Pues... no - confesó.

- Entonces no puedo darme al lujo de llamarle así - argumentó. Y aunque Samuel no viera nada de malo en tener un poco de confianza demás con uno de los aspirantes, Alejandro sabía dentro de sí que eso solo aumentaría las burlas y los rumores. 

- Tu ganas... Pero quiero que tengas claro que cuentas conmigo para todo, puedo protegerte si tu... - 

- No - interrumpió antes de que continuara. - Puedo apañármelas solo - repitió. 

- Vas a salir lastimado - le advirtió - Más - añadió refiriéndose a las abolladuras de su cuerpo. Alex solo apartó la mirada. - Sabes, admiro mucho tu perseverancia - recupero la atención del chico - No te dejas caer jamás a pesar de que llevas la desventaja - no pretendía ofenderlo, pero era simplemente inevitable. - ¿Por qué? ¿Qué quieres demostrar y a quién que valga la pena como para ponerte en estas situaciones? - curioseó - ¿Realmente lo vale? - el menor no respondió inmediatamente, pero lo hizo igualmente. 

- Al único al que quiero demostrarle algo es a mí mismo - dijo con la voz llena de orgullo - Y si, voy a pelear hasta que no me quede aliento, de la forma más literal posible - miró a Samuel a los ojos, éstos ardían en pasión - voy a ser el mejor oficial, o moriré en el intento, te lo juro - esa determinación logró mover algo dentro de Samuel, sintió el pecho cálido y sonrió sin poder evitarlo.

- Me tuteaste - resaltó y de inmediato la expresión dura de Alex cambió por una avergonzada.

- Lo lamento mucho, señor - Samuel soltó una risilla. 

- No, está bien - hizo una breve pausa - Definitivamente no me equivoqué contigo, Alejandro - añadió dejando al otro confuso. - Eres un auténtico diamante en bruto - lo alagó - Y yo nunca me salto los diamantes - le giñó el ojo. Alejandro no entendía nada. 











~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Quiero que quede bien claro que Samuel JAMÁS sintió nada romántico por Alex (ni viceversa). Digo, por si hubiera un mínimo espacio que diera lugar a malinterpretación. 

Aclarado esto, espero que les gustaran estos dos mini-capítulos que nos dejan conocer un poco más del trasfondo de nuestros personajes. 

También quiero decir que me pone muy triste que se pudieran identificar con el capítulo relacionado a Alex. :( Me duele porque hubo pensamientos que me pertenecían directamente y me duele que se sientan de esa manera. 
Pero bueno, traumas aparte. 

Espero y nos leamos el viernes, mis amores -3-

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora