XLVII

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Los ojos de Alex se abrieron poco a poco, siendo encandilado por una brillante luz blanca que lo cegaba. Pujó a manera de queja, llamando la atención de alguien a su lado.

- ¿Alex? - la suave voz de Samuel lo recibió antes de que aclarase su vista y divisara aquellos conocidos ojos morados.

- Sam... - susurró con un hilo de voz - ¿Donde...? - no terminó la pregunta, pero el otro la entendió igualmente y respondió.

- Estas en el hospital - le apretó la mano, solo hasta entonces Alex se dio cuenta de que lo había estado sujetando todo este tiempo - ¿Recuerdas lo que pasó? - asintió.

- Estaba en una bodega... - empezó a relatar - Estaba herido, Fargan sangraba. - le dolía la cabeza - Luego escuché disparos... Y tu voz. - trató de forzar su memoria, pero no había más.

- El operativo para tu rescate ya estaba planeado, pero el cabrón de tu novio no sabe cumplir ordenes y se adelantó - Alex sonrió - Cuando llegamos no tardamos en abatir al cártel. Ambos estaban desmayados cuando los encontramos - terminó de contar.

- Mi novio... - Alex ignoró todo lo demás - Suena bien, ¿No crees? - miró al mayor a los ojos y Samuel le devolvió la sonrisa. Su mirada reflejaba cansancio, pero a la vez parecía aliviado. De repente los ojos de Alex se abrieron con terror. - Fargan, ¡¿Cómo está Fargan?! - exigió saber y trató de incorporarse, pero un agudo dolor lo detuvo y volvió a caer sobre la camilla. 

- Hey, tranquilo - trató de calmarlo - Él tenía una herida de bala cuando los encontramos, detuviste bien la hemorragia y su cirugía fue exitosa. Está descansando en la otra habitación. - Alex soltó el aire con alivio, pero nuevamente sintió dolor.

- ¿Y yo? - gimió - ¿Qué me pasó a mi? - Sam frunció los labios.

- Además de tener múltiples hematomas por todo el cuerpo y rostro, signos de deshidratación y marcas de estrangulamiento - le dolía decir aquello, pero suponía que a Alex le dolía más haberlo pasado - Tenías una infección en la herida de la muñeca y dos costillas rotas - ahora entendía el dolor en el tórax. 

Alex bufó y luego de unos segundos de silencio miró a Samuel. Tenía una mueca preocupada. 

- ¿Qué más? - preguntó sin mucho problema. 

- Mostraste... Signos de posible abuso sexual - Alex rodó los ojos.

- No fue un abuso como tal... - no le enorgullecía decirlo - Tuve que apañármelas para salir de ese cajón de alguna manera - pero la respuesta no tranquilizó a Samuel. 

- Lo siento mucho - Alex lo miró nuevamente, parecía al borde del llanto - Yo debía estar al pendiente de ti, debí escucharte cuando me pediste que no te dejara con Lolito y... - pero lo detuvo.

- Hey, no - se apresuró a decir - No fue tu culpa - agachó la vista - Todo esto fue culpa mía y de mi maldita necesidad de sentirme superior - se regañó a sí mismo y sus ojos se cristalizaron - Es solo que... No quería sentirme pequeño... No de nuevo - Sam le apretó la mano nuevamente. 

- No eres pequeño - atrapó los zafiros del menor - Nunca lo has sido, Alex eres la persona más fuerte que conozco. Desde que te vi por primera vez lo supe... - Alex abrió los ojos con sorpresa - No se trata de si puedes con todos los maleantes de la ciudad o no. Se trata de que siempre luchaste por hacer lo que tanto te apasionaba, sin importar todo lo demás - 

Alejandro lo miraba con toda la admiración que le tenía, sin saber que Samuel le admiraba de igual manera e incluso más.

- Se trata, de que soportaste tanto dolor por convertirte en quien tanto deseabas - le sonrió con sinceridad - Eso te vuelve la persona más fuerte e increíble que he conocido - pero Alex agachó la mirada nuevamente. 

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora