XXII

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- Muchos días sin verte, chaparrito - Luis dio una calada a su cigarrillo y dejó salir el humo con descaro en la cara del menor. Alex se limitó a poner una mueca de desagrado.

- Tuve problemas de salud - carraspeó ligeramente. El dolor ya había desaparecido en su totalidad, después de todo, habían pasado ya unas semanas desde el incidente.

- No hay bronca, pero no me gusta que no respondan a mis llamadas - apagó el cigarro en el cenicero.

- Y a mi no me gustan los pesados - Alex le regreso el ataque. Luis se limitó a sonreír.

- Eres muy bravo ¿No crees? - Alex ladeo la cabeza con confusión. Su apellido era Bravo, en efecto, pero... ¿Eso a que venía al tema? Ignoraba completamente los modismos del mexicano.

- A lo que venimos, Luis - advirtió el menor sin la mínima intención de perder más tiempo del debido.

- Al grano como siempre entonces - Alex asintió y trató de disimular su molestia. Había tenido que cancelarle a Fargan para ir a ver a ese mexicano luego de tanto tiempo. 

- Estoy empezando a cansarme de perder el tiempo contigo, ¿Sabes? - fue directo, como siempre. - ¿Para qué me sigues pidiendo que venga? De todas formas nunca me dices nada. - se cruzó de brazos y piernas. El semblante de Luis finalmente tomó se tornó serio. 

- Bueno, bueno - se reacomodó en el asiento y resopló. - Si tan desesperado está, entonces voy a tener que ponerle aprueba, comisario - Alex frunció el entrecejo.

- ¿A qué te refieres? - 

- Ya veremos si es capaz de cumplir su palabra - Luis bebió todo lo que quedaba de tequila en su pequeño baso de un trago y se puso de pie. 

- ¿A dónde vas? - hizo ademán de levantarse, pero la nueva sonrisa de su acompañante lo detuvo.

-  No te preocupes, sabrás de mí muy pronto - le giñó el ojo antes de retomar su camino a la salida. 

A Alex le costó un momento procesar sus palabras. No estaba seguro de lo que el mexicano había tratado de decir, y sinceramente le preocupaba. Gruñó con frustración antes de abandonar el bar también.

El encuentro había sido más breve de lo que esperaba, miró la hora. Pensó seriamente en si sería prudente ir a casa del moreno, pero descartó la idea casi de inmediato. No tenía cabeza ahora mismo para eso.

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- Buenos días, comisario - 

- Luzu - le regresó el saludo acompañado de un movimiento de cabeza. 

- ¿Hoy no viene con Fargan? - el castaño se arrepintió de hacer la pregunta en cuanto Alex clavó su severa mirada en él. - Lo-lo decía para saber si quería un café - se apresuró a decir entre tartamudeos - Digo, cuando viene con Fargan siempre traen café, y-yo... - extrañamente, Alex sonrió. 

- Cállate y trae ese café - le ordenó con voz risueña. Luzu se quedó pasmado durante un segundo por la inesperada reacción del comisario, pero de inmediato agitó la cabeza y corrió en busca de la petición de su jefe. 

Antes de que Luzu pudiera regresar y la sonrisa de Alex se pudiera desvanecer, un portazo lo alertó y Fargan entró corriendo a la comisaría, deteniéndose a su lado y sujetándose del mostrador de la recepción.

- Llegue... - jadeó intentando recuperar el aire - Llegue a tiempo - Alex sacó su celular y analizó la hora, justo en ese momento el contado cambió de 8:00 a 8:01

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora