XXI

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Alex intentaba con todas sus fuerzas no retorcerse, pero era simplemente inevitable dada la situación actual.

Estaba sobre la cama de Fargan, sudor caía de su frente adhiriendo sus rebeldes mechones azabache a su frente, sus dedos se aferraban a las sabanas en un intento de sobrellevar las sensaciones tan fuertes que el mayor estaba provocando en su entrepierna. 

Por impulso trataba de cerrar las piernas, pero el fuerte agarre de Fargan sobre ellas se lo impedía a la vez que su cabeza subía y bajaba como mejor le parecía sobre su miembro. 

Finalmente el moreno había logrado que diera el brazo a torcer con respecto a la propuesta que le había hecho por la mañana y lo había arrastrado hasta su departamento en cuanto salieron de servicio. 

Luego de pasar el día entero haciendo comentarios sugerentes y coqueteando descaradamente, finalmente Fargan se había callado y ahora utilizaba su boca para demostrarle un punto a su superior. 

Y vaya que lo hacía bien. Alejandro hacía un buen rato que no veía el techo de la habitación, sino un cielo plagado de estrellas debido a la recientemente descubierta sensación. ¿Eso era lo que Fargan había sentido la noche anterior? Porque si ese era el caso, entendía el porqué de que el mayor no quisiese renunciar a esto.

Por más que su garganta hubiese estado doliéndole el día entero, ahora mismo se veía incapaz de callar la cantidad de gemidos que escapaban de ésta, aún cuando cada gemido le desgarraba de dolor, era un dolor que valía toda la maldita pena. 

- Pa...ahh para - suplicó cuando un familiar escalofrío le recorrió y un inevitable nudo se le formó en la parte baja del abdomen. Estaba demasiado cerca, Fargan lo sabía, pero en lugar de detenerse apretó con más fuerza los muslos del menor y succionó tanto como su boca le permitió hasta sentir los fluidos del menor llenando su boca, acompañados con un sonoro gemido que dejaría afónico al comisario al día siguiente. 

Fargan apartó sus labios del miembro de su compañero y tragó de manera exagerada lo que aún quedaba en su boca logrando la reacción deseada cuando al fijar sus ojos ambarinos en los zafiros de Alejandro lo vio jadear. Sin ningún tipo de descaro limpió una gota de semen que escurría por la comisura de su labio con el pulgar y se lo llevó de vuelta a la boca.

El espectáculo visual fue suficiente para que la ahora desatendida erección del menor volviera a crecer. Maldito y sensual Fargan.

Hachó la cabeza hacia atrás posando la mirada nuevamente en el techo al no sentirse capaz de seguir viendo esos imposibles ojos amarillos que el mayor poseía. Fargan soltó una ronca risa satisfecha y se arrastró hasta quedar con el cuerpo de Alejandro bajo el suyo y sus rostros a la par.

- ¿Te gustó? - sabía la respuesta, pero quería ver si el comisario le daría el gusto de escucharlo directamente de su boca.

- Cállate - respondió en su lugar, igualmente el mayor la aceptó con gusto. Amplió su sonrisa y se atrevió a unir sus labios. 

Alex no se negó, lejos de reparar en lo que había hecho con esa boca segundos atrás, moría por tenerlo cerca en ese momento, aunque para ser francos no tenía idea de por qué.

Era como si de alguna manera, tener al moreno tan cerca fuera una necesidad. Así que simplemente se permitió sentir aquellos labios moviéndose en sincronía perfecta con los suyos, logrando así un beso tanto suave como apasionado. 

Pero aún había una erección que no había sido atendida y esa era la de Fargan, quien de manera astuta empezó a bajar sus manos por el pequeño cuerpo del menor sin romper el beso. 

Deslizó una de sus manos por todo el costado de Alex, pasando de su cintura a su cadera y de su cadera a su muslo en un toque tan suave que el otro no notó hasta que tiró de él hacia arriba para envolver su cadera con la pierna ajena y posicionarse más cómodamente. 

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora