XXVII

885 81 90
                                    

Los párpados de Fargan tambalearon ligeramente antes de abrirse con mucha delicadeza. Sintió su estomago retorcerse al darse cuenta, luego de unos parpadeos, que era Alex el que había interrumpido su sueño.

Le acariciaba la mejilla con el dorso de la mano de una manera tan suave que había costado un par de minutos para que el moreno reaccionara ante sus caricias. 

- Ya es hora de levantase - le susurró con una voz melosa. - Iré a casa a prepararme, date una ducha - más que una orden parecía una petición. Alex se incorporó ligeramente y apartó unos mechones castaños de su frente antes de inclinarse y depositar un beso en ésta. - Vengo por ti en un rato, ¿Vale? - Fargan solo atinó a asentir. 

El comisario se levantó de la cama, buscó su ropa y se vistió mientras el mayor se esforzaba por apartarse del mullido colchón con mucha dificultad. Una vez Alex abandonó la vivienda, el mayor soltó un bufido desesperado.

Se sentó sobre la cama y cubrió su rostro con sus manos. 

- No es justo - susurró para sí mismo. 

En efecto, no era justo. No era justo que Alejandro le dijera que lo suyo debía ser estrictamente carnal y luego le hiciera eso. Despertar a su lado, susurrándole y acariciándole con un cariño tan evidente que le robaba el aliento y le aceleraba el pulso. 

No era justo que el comisario le pidiera no sentir nada por él y luego se dedicara a enamorarlo con sus acciones. 

Pero tampoco lo culpaba, porque sabía que Alejandro no lo hacía apropósito. No era su culpa que cada rasgo de su personalidad resultara tan encantador para el mayor. 

.

.

.

- ¿Por qué hice eso? - se reprendió a sí mismo una vez subió al coche. "Por que realmente lo deseabas" le respondió la voz en su cabeza. No lo podía negar. 

Encendió el coche y se puso en marcha a su hogar. "Se sintió bien, ¿No es cierto?" Sacudió el pensamiento de su cabeza de inmediato. Una vez llegó a su edificio, aparcó y se encaminó a su departamento.

Fue hasta entonces que se acordó de Rubén.

- Mierda - mustió antes de abrir la puerta. Se adentró en su vivienda y caminó hasta la habitación de invitados, abrió la puerta con cuidado y se relajó en cuanto vio el cabello rubio del otro sobresalir de las sábanas. Wilson descansaba hecho un ovillo al lado de su dueño, apenas levantó la cabeza un segundo cuando escuchó a Alex, pero de inmediato la volvió a bajar y siguió durmiendo. 

Alejandro abandonó la habitación para dirigirse al baño y luego de una corta, pero rigurosa ducha, salió a su propio aposento en busca de un uniforme limpio. 

Ya listo volvió a abandonar el departamento en silencio para evitar despertar a su amigo. Más tarde averiguaría como fue que volvió. 

De momento regresó al hogar de su compañero, tocó el claxon una única vez y Fargan salió a los pocos segundos de la vivienda, se adentró en el asiento del copiloto.

- ¿Rub no nos acompaña hoy? - preguntó mientras se abrochaba el cinturón. 

- Estaba durmiendo - le aclaró el otro - ¿Sabes? Me siento un poco culpable de abandonarlo anoche - empezó a conducir a comisaría. 

- Cierto, ¿Cómo fue que volvió? - la misma incógnita que el otro tenía. 

- No lo se, pero sospecho que Samuel tiene algo que ver - le costaba imaginar de que otra manera podía haberlo hecho.

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora