XXIX

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Samuel bajo de su coche, se acercó a paso lento hasta la fachada y abrió la puerta con su respectiva llave.

- Estoy en casa - anunció mientras avanzaba dos pasos, vaciando sus bolsillos y dejando el contenido de estos sobre la pequeña mesita ubicada al lado de la puerta.

Sintió algo pegarse a su pierna, pero no se alarmó. Simplemente se agachó para darle una cálida caricia a la gatita que se restregaba en su pierna.

- Hola Kirilla - en cuanto termino de saludar a la minina, continuó caminando - ¿A que no adivinas con quien he ido a comer hoy ?- siguió la charla sin obtener respuesta. - ¿Recuerdas al chico que te conté? El amigo de Alex. -

Indagó en el bolsillo interno de la chaqueta de su uniforme y saco una servilleta mal doblada del Interior.

- Rubén, seguro que te agradaría - le sonrió a la servilleta antes de que su expresión se entristeciera ligeramente. - se que te prometí que siempre serías solo tu, pero... - apartó la mirada del papel para fijarla ahora en la mesa frente a él - ¿Crees que podrías perdonarme? - le preguntó a la fotografía enmarcada que reposaba en la mesa.

En la foto se podía apreciar a un chico joven, piel pálida, casi tanto como su albino cabello y ojos verdes ligeramente rasgados. Además de su cara, tan solo era visible una parte de su torso, vestido con un uniforme clásico militar de color verde y un gorro característico de éste mismo.

- Mi Willy - Samuel suspiro pesadamente y soltó la servilleta para tomar la foto entre sus manos. - Como te extraño, chiqui - la presión en su pecho finalmente le arrancó una lágrima silenciosa que se deslizó por su mejilla.

Abrazo la foto con fuerza, anhelando que el gesto, junto con el dolor incesante de su corazón fuesen suficientes para que la vida le regresase aquello que con tanta injusticia le había arrebatado.

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- No te imaginas lo que pasó ayer, te fuiste tan rápido que ni siquiera me dio tiempo de contarte. - Rub dio un par de saltitos, entusiasmado.

- Ya escuche, tienes entrevistas de trabajo, te felicito - respondió Alex de mala gana. Anoche se había quedado en el bar hasta tarde y ahora tenía demasiado sueño.

- No, eso no - aclaro el rubio sin apagar su felicidad. - Ayer fui a comer con tu jefe fortachón. - alardeo.

- Rub, sigo sin creer que sea una buena idea que intentes algo con Sam - se sinceró sin tratar de ser grosero.

- Ya te dije que el tema de la edad no... -

- No se trata de eso - lo interrumpió el más bajo, ganándose una repentina mirada llena de curiosidad. - Mira, conozco a Samuel desde hace demasiado tiempo y yo... No lo he visto con pareja desde... - dudo de cuanto podía decir - desde hace mucho - terminó por decir.

- Entiendo que un tío como él prefiera ir ligando de un lado para otro pero... -

- No, Rub, no estás entendiendo - lo volvió a interrumpir. - Samuel no es lo que estas pensando - alegó. - él no sale... Con nadie - quizá no era buena idea seguir la conversación.

- Pff, ¿Cómo no? - cuestionó el otro. Pero su sonrisa despareció al notar la mueca sería de Alejandro. - ¿Y sabes por qué? - lo sabía, pero no le correspondía decirlo.

- Voy tarde al trabajo - cambio de tema mientras agarraba las cosas que le hacían falta y se dirigía a la entrada.

- Alex - trato de llamar su atención, pero ya era tarde, se había ido.

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora