Había pasado una semana desde que Alex y Fargan habían realizado su trato, sin embargo, el menor no mostraba ningún interés en el castaño últimamente.
Apenas salía de turno y llevaba a Fargan a casa desaparecía y no volvían a saber de él hasta la mañana siguiente.
Al principio esto no generó ningún tipo de sospecha, pero su comportamiento estaba tan extraño, que el mayor no pudo evitar notarlo.
- Algo me dice que no estas durmiendo bien - sugirió Fargan tras el cuarto bostezo de Alex en los últimos 5 minutos.
- No se de que me hablas - mintió mientras seguía revisando los datos en la pantalla de su ordenador.
- Has estado muy cansado estos días, bostezas todo el tiempo y llevas unas ojeras que... - se interrumpió al ver la mueca de fastidio en la mirada de su jefe. - Solo quiero saber si todo está bien - inclinó ligeramente la cabeza de manera cautelosa.
- Estoy bien - se limitó a decir el otro y continúo tecleando. Hubo unos momentos de silencio antes de que Fargan volviera a hablar.
- Además, no te has quedado a dormir conmigo últimamente - finalmente logró captar la atención del menor.
- Tu habitación es muy pequeña - inventó una excusa - Al igual que tu ventana - intentó que esto último pasara desapercibido, pero no había detalle que se le escapara al ex criminal.
- Bueno, entonces podrías llevarme a tu casa - sugirió de manera coqueta. Alex se removió en su asiento.
- Quizá luego - volvió a responder de manera cortante y regresó su atención al monitor.
La verdad es que las últimas noches las había pasado cazando a un traficante mexicano a espaldas de Fargan y de Samuel, solo intentaba justificarse para seguir con sus planes sin levantar sospechas.
- Es usted muy tramposo, comisario - Fargan se cruzó de brazos y piernas en su asiento.
- ¿Qué quieres decir con eso? - le dedicó un corto vistazo al otro.
- ¿Necesitas que te recuerde tus propias palabras? - preguntó con pillería, Alex alzó la ceja invitándolo a continuar. - "Puedo ser tuyo cada que quieras" - su mirada ambarina se clavó en la del comisario - Te quiero ahora - esto último lo dijo con una voz más grave provocando un escalofrío que recorrió todo el cuerpo de Alejandro.
- No deberíamos estar hablando de esto en el trabajo - cambió de tema a la vez que apartaba la mirada, como siguieran de esa manera, terminaría cediendo. Escuchó como Fargan resoplaba.
El silencio volvió a reinar el lugar hasta que el castaño se levantó de su asiento con intención de salir de la oficina.
- ¿A dónde vas? - era más curiosidad que reclamo.
- Solo iré a por un café - explicó el mayor. Alex asintió y acto seguido el otro abandonó la habitación.
Aprovechó para soltar un sonoro suspiro y dejar caer la cabeza sobre el escritorio. Si Fargan supiera en lo que se estaba metiendo no dudaría en entrometerse, y Alex no quería que nadie metiera la cuchara en su trabajo esta vez.
Hasta el momento todo estaba yendo a la perfección. Fran le había dado la información pertinente y estaba moviendo hilos para un encuentro con el mexicano, pronto tendría la oportunidad de llevar a cabo su plan y volver a sentirse fuerte.
En cuanto sus pensamientos se apaciguaron volvió a levantar la cabeza. Un repentino mareo lo descolocó por completo, las paredes comenzaron a moverse, acercándose y alejándose ante su desenfocada vista, el aire abandonó sus pulmones y tuvo que jadear para recuperarlo.
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Protector of Your Love //Fargexby//
FanfictionAlejandro es el mejor oficial de la ciudad. Con el puesto bien merecido de comisario se encargaba de limpiar las calles del crimen organizado. Por desgracia, el odio que se ha ganado por lo bien que hace su trabajo lo obligan a buscarse un compañer...