XVII

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- ¿Fargan? - Alex llamó al distraído chico que se encontraba recargado sobre su escritorio viendo directamente a la nada. - ¿Fargan? - lo volvió a llamar al no obtener respuesta. Solo para estar seguro volvió a girar en la dirección que el mayor miraba, pero no lograba encontrar algo interesante, estaba completamente hundido en sus pensamientos.

Ya preocupado estiró la mano y dio unos cuantos toques en su hombro con el dedo índice en espera de una respuesta. Al fin, David se sobresalto por el toque y enfocó su sorprendida vista hacia su superior.

- ¿Eh? ¿Qué? ¿Qué pasa? - se apresuró a preguntar con voz confusa.

- ¿Estas bien? - la voz de Alex fue suave, un susurro preocupado y sincero - Estas muy distraído últimamente - sus ojos reflejaban angustia y le provocaron un revuelto al estómago de Fargan.

- N-No es nada - tartamudeo sin poder evitarlo.

- No te creo - frunció el entrecejo - Siempre estas parloteando y tonteando, desde hace días que no escucho ninguna de tus estúpidas bromas - se quejó haciendo que el mayor esbozara una dulce sonrisa.

- ¿Extraña mis bromas bobas, comisario? - recargo su mentón sobre sus manos, aun apoyado en el escritorio con los codos. Alex desvió la mirada y carraspeo.

- Solo digo que estas muy callado - la sonrisa de Fargan aumentó al notar un leve sonrojo.

- Lo lamento - se enderezó sobre su asiento - Creo que le estoy dando demasiadas vueltas a un asunto, por eso no estoy del todo aquí - se justificó y se rasco la nuca con nervios.

- ¿Todo bien? - insistió el comisario. - ¿Quieres hablar de eso? - a pesar de que el corazón del moreno dio un salto de alegría por la preocupación de su superior, negó con la cabeza. - Bueno, pero recuerda que puedes confiar en mí si algo te preocupa - le ofreció una dulce sonrisa antes de regresar su atención a la pantalla.

Sinceramente, Fargan no comprendía para nada a Alejandro. En momentos estaba gritándole, en otros se reía de sus bromas, al siguiente estaba tan sumido en sus pensamientos que olvidaba por donde caminaba, y ahora se preocupaba por él.

Era probablemente la persona más compleja que había conocido, y aun así, la que más lo había hecho sentir hasta ahora. No se dio cuenta de que estaba mirándolo fijamente hasta que Alex le volvió a regresar la mirada.

- ¿Que pasa? - le reclamo con voz aburrida - ¿Tengo algo en la cara? - Fargan apartó la mirada y se cubrió "discretamente" la cara para no dejar ver su sonrojo. Aun así Alex lo noto, y sonrió.

Pasó un rato más de silencio en el que solo se escuchaba al menor teclear. Luego se levantó y se estiró cual gato antes de bostezar.

- Demos un paseo - se encaminó a la puerta de la oficina y Fargan lo siguió de cerca. Eso significaba que era hora de patrullar.

Realmente no había nada de entretenido en patrullar, a Alex no le gustaba perder el tiempo en atender atracos o persecuciones. Fargan incluso tenía claro que solo decía lo de patrullar como pretexto para salir de la oficina.

Lo cual no estaba nada alejado de la realidad.

- ¿Tienes algo que hacer en la noche? - pregunto el castaño de la nada, luego de darle muchas vueltas a la cabeza.

- Hoy no, Fargan. - advirtió. - No tengo tiempo para eso -

- Ya, pero no me refería a "eso" - ambos sabían que era "Eso" - pensaba en ir a cenar o algo... - desvío la mirada al saber que Alex lo veía con sorpresa.

- No estarás hablando de una cita, ¿Verdad? - y se volvió a sonrojar.

- No - se apuro a decir - bueno... ¿Si? - tartamudeo - ¿Quizá? - empezó a jugar con sus manos de manera nerviosa. Y por más que el corazón del comisario se sintió cálido, hizo una mueca.

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora