XXXV

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La fiesta navideña no había terminado de la manera en que Alex la hubiese planeado. 

La verdad es que ni siquiera había llegado a la navidad en casa de Samuel. Lo que había comenzado como un besuqueo bajo el muérdago de la terraza rápidamente se había transformado en un incontrolable deseo. 

Alejandro tuvo que poner ambas manos en el pecho de Fargan para apartarlo de sí antes de que el resto notara algo. Pero no es como si estuviera dispuesto a dejar la cosa ahí.

Tomó al mayor por el brazo y lo arrastró fuera del departamento. La vivienda de Fargan resultó ser la más cercana, por ende, fue en ésta en la que el par terminó antes de la media noche. 

Apenas Alex cerró la puerta detrás de sí, Fargan se lanzó sobre él, acorralándolo contra la puerta y agachándose lo suficiente ara atrapar sus labios. La ternura del beso anterior se había visto opacado, ahora se abría paso lo más que podía en la boca ajena, buscando que sus lenguas chocaran. 

El menor llevó sus manos de inmediato a la cintura del moreno, aferrándose a los costados de la camisa mientras disfrutaba cada corriente eléctrica que le recorría. Pero aunque estuviese disfrutando tanto del beso, no era el contacto que estaba buscando. 

Sus pálidas manos se movieron ágilmente, pasando por todo el abdomen y pecho de su acompañante hasta llegar a su cuello. A base de caricias recorrió cada rincón de esa zona hasta llegar a su nuca, con un movimiento casi brusco lo atrajo aún más hacia él, sacándole sin querer un jadeo.

Fargan tuvo ganas de burlarse de él, de lo desesperado que tenía que estar para haberlo sacado de la fiesta de esa manera, o para estar provocándole con besos y caricias con tanta prisa, pero no tenía ganas de arruinar el momento, así que simplemente cedió ante sus indirectas indicaciones. 

Apartó una de sus manos de la puerta para rodear la cintura de Alejandro, empezado a caminar hacia atrás para trasladarle a su habitación. El menor no opuso ninguna resistencia, en realidad ni siquiera era consiente de estar siendo arrastrado, hasta que su espalda chocó contra el colchón y sintió el cuerpo de Fargan sobre el suyo.

Dejó que el beso continuara por un par de segundos antes de que una idea pasara por su cabeza. Con todo su pesar se apartó del mayor y con esa fuerza que siempre ocultaba le dio vuelta a la situación, dejando a Fargan debajo de sí. 

- Tienes mucha ropa puesta, ¿No crees? - empujo al otro por los hombros, dándose a entender. Fargan se incorporó ligeramente para deshacerse del saco y desabrochó un par de botones más de su camisa antes de sacársela parándola por su cabeza - Mucho mejor - murmuró el menor, recorriendo el pecho del otro con la mirada. 

Sin darle mucho tiempo a reponerse, Alex se lanzó sobre él para besar su cuello, restregándose a la vez contra la pelvis de su amante. 

Fargan por su parte, ladeó la cabeza para darle más exceso y con la mano con la que no se sostenía al colchón recorrió la espalda aún vestida del menor, provocándole escalofríos en la columna. 

- Quiero intentar una cosa - expresó Alex luego de apartarse de su ya marcado cuello. 

- ¿Qué cosa? - jadeó Fargan. Una de las manos de Alex se deslizó desde su hombro hasta su entrepierna aún vestida con una suavidad torturosa. 

-  Bueno, no tuve oportunidad de cenar - sugirió lascivamente sin apartar sus ajos de los del otro.

- ¿Seguro? - la idea no le desagradaba en lo absoluto, pero sabía que Alex no lo había pasado muy bien la última vez.

-  Siempre y cuando mantengas tus manos quietas... - estrujó el bulto del mayor, sacándole un gruñido. 

- Vale - movió su mano hasta atrapar la corbata ahora desacomodada de Alejandro - Pero déjame quitarte esto primero - suplicó pegando sus rostros, rozando apenas sus labios. 

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora