XLIII

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Si Alex ya creía que su vida era una mierda, apenas se daba cuenta de la suerte que había tenido hasta el momento. 

Sin querer, Samuel le había puesto el peor castigo de todos. No había nada más incómodo que trabajar al lado del causante de su mayor trauma. Si bien, Lolito parecía estar tranquilo y sus ataques pasivo-agresivos habían parado, aún se sentía vulnerable. 

Lolito le producía un sentimiento contrario al que Fargan le generaba. 

Y ahí estaba de nuevo, su pensamiento más frecuente. Fargan. 

Habían pasado dos semanas desde la última vez que habían intercambiado palabras y hasta ahora no sabía nada de él. Esperaba que poco después volviese a sus hábitos de delincuencia, pero no parecía que estuviese haciendo absolutamente nada. 

Se giró en la cama, incapaz de conciliar el sueño y tomó su teléfono para hacer exactamente la misma mierda que había hecho todas esas noches. 

Escribir mensajes a Fargan para luego borrarlos antes de enviarlos o mantener su dedo a milímetros de la opción de llamar. 

Aún había algo en su interior que se lo impedía. Un pinchazo de sentimiento que le retenía. 

"No hiciste nada malo" "No eres tu quien debería buscarlo" "Si te entendiera, no estaría tan molesto"

- Mierda - gruñó contra su almohada a medida que los ojos se le llenaban de lágrimas. ¿Si era así, por qué se sentía tan mal? - Pues claro que no lo entiende - le respondió a su propia mente -  Jamás me di al tiempo de explicárselo - 

"¿Por qué deberías?" 

- Porque él no tendría que adivinarlo. No es justo para él - se aferró con fuerza a su sábana. - Soy un egoísta de mierda - se reprochó a sí mismo.

"Solo por eso estás aquí, porque eres egoísta" Y esa era la respuesta que necesitaba de sí mismo para aclarar su pensar.

- Exacto... - se quitó la almohada de la cara. - Solo por eso estoy tan hecho mierda - ¿Cómo podía ser tan idiota para no darse cuenta antes?

Su egoísmo y su orgullo lo habían llevado alto, eso es verdad. Pero también lo habían hecho perder más de lo que había ganado. 

Por orgullo perdió a su familia, a sus amigos, y ahora casi perdía a Fargan por él.

Así que lo mandó a la mierda. Se levantó de un salto y se vistió rápidamente, ignorando que fueran más de las 3am

Salió casi corriendo del departamento y ni siquiera tomó las llaves del coche, sino que corrió por la obscura y fría calle hasta quedar frente a la fachada de David. Llamó escandalosamente a la puerta. 

Desesperado y con el riesgo de despertar a los vecinos y ser mandado a la mierda, pero no paró de golpear a la puerta hasta que vislumbró una de las luces que se encendía. 

Fargan abrió la puerta de golpe, dispuesto a reclamar a cualquiera que se hubiese atrevido a interrumpir su sueño, pero apenas su mirada se clavó en la de Alejandro, su boca se cerró y su expresión se relajo apenas por un momento.

- Hol... - pero antes de que Alex pudiese levantar siquiera la mano, la puerta fue cerrada en su cara de manera agresiva. - Fargan, por favor - suplicó pegándose contra la puerta. 

- Vete, no quiero hablar contigo - mintió. Claro que quería, pero sabía que eso solo le haría más daño. 

Estaba auténticamente dolido. Cuando por fin se había creído que Alejandro se estaba sincerando con él y su relación comenzaba a avanzar, el menor se había encargado de tirar todo eso por la borda únicamente por su satisfacción personal. 

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora