XXVI

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- ¿Estas bien? - preguntó Fargan con cierto mote de preocupación. Alex tenía todo el día distraído. Ahora mismo se encontraban dando vueltas, patrullando. 

- ¿Eh? Si, claro - respondió sin llegar a convencer al moreno de eso. - Solo pensaba en el trabajo - no era mentira, seguía preocupado por los movimientos del mexicano.

- ¿Seguro que es solo eso? - insistió. Alex no respondió, solo torció los labios - ¿Seguro que no te molesta el tema de mi edad? - hace horas que la ansiedad lo tenía dándole vueltas al asunto.

- ¿Qué? No, claro que no - se apresuró a responder el comisario con total sinceridad.

- Antes de que lo supieras dijiste que jamás te liarías con alguien tan mayor como Samuel - guardó silencio por apenas un momento - Soy mayor que Samuel - le recordó. 

- Fargan, eso me da igual, te lo juro - en parte era cierto - En ese momento solo estaba muy sorprendido, pero te aseguro que no es problema - en realidad no se había detenido a pensar mucho en eso luego del suceso. El trabajo realmente lo había mantenido ocupado. 

- Escucha, si te molesta no hay problema yo... - pero el menor lo interrumpió con un gruñido.

- Fargan, en serio, para de darle vueltas al asunto. Ni siquiera había pensado en eso en todo el puto día, no es importante - acabó por desquitarse con el mayor... Como siempre. 

Fargan agachó la mirada, cual perro regañado y la culpa no tardó en apoderarse de Alejandro, quien simplemente suspiro. 

- Lo siento - se apresuró a decir - Estoy muy estresado con algo, eso es todo. - apretó el volante con fuerza, parecía tenso.

Fargan ya no respondió. Le creía a Alex, quería pesar que lo conocía lo suficiente como para saber cuando mentía y cuando no. Así que dedicó los siguientes dos segundos en planear como romper la tensión, por suerte se trataba de él, y él siempre sabía romper tensión. 

- Bueno, si quieres te puedo ayudar a desestresarte - sugirió con repentina coquetería, logrando sacarle una sonrisa a su compañero. 

-¿A si? - le siguió el juego - ¿Y cómo planeas hacer eso? - conocía de sobra la respuesta. 

- Pues, si me acompañas a casa esta noche te lo digo - ambos rieron con pillería. 

- Vale, me lo pensaré - mientras el semáforo se encontraba en rojo, se dedicaron una mirada cómplice.

- Ammm, chicos ¿Si recuerdan que estoy aquí, verdad? - interrumpió Rub desde la parte trasera del patrulla, rompiendo la burbuja. 

- Lo siento - se disculpó Alex sin mucho arrepentimiento a ser sinceros. 

- Estamos acostumbrados a ir solos - añadió Fargan. 

- No, si de eso ya me di cuenta - la conversación ciertamente había logrado incomodar al rubio. Desde la pequeña pelea, hasta el descarado coqueteo. 

Hubo unos minutos de silencio hasta que el ambiente dejase de ser incómodo. La luna ya era presente en el cielo y el reloj marcaba las 9:45pm. Eso quería decir una cosa.

- Hora de salir de servicio - anunció Alex. 

- Al fin - Rubén exhaló con pesadez - ¿Esto hacen todo el día en el trabajo? - se quejó - ¿Dar vueltas en una puta patrulla hasta que se pone el sol? - se estiró entumido. 

- Cuando no tenemos un trabajo más chungo... - empezó a decir Alex - Pues si, prácticamente - aclaró antes de aparcar frente a comisaría. 

- Bua, no te vuelvo a acompañar al trabajo - pero en el momento que terminó de articular esa oración, una moto policial aparcó al lado del coche del comisario. El conductor de ésta se despojó del casco mostrando una cabellera negra. 

Protector of Your Love //Fargexby//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora