Conforme pasaron los días comenzó a no hacer falta que se citaran el uno al otro, acudían a la misma hora al mismo lugar casi por inercia. Charlar se estaba convirtiendo en una costumbre agradable.
Adrien estaba cumpliendo medianamente bien sus normas, controlaba más sus coqueteos e intentaba pasar tiempo con todas.
Por otra parte, ninguno de los dos había olvidado su promesa. De vez en cuando Marinette le enseñaba algún nuevo diseño que se le ocurría. Y en compensación, Adrien hacía memoria para recordar los cuentos de Chat Noir.
–Tengo una sorpresa espectacular para ti –dijo Adrien cuando se reunieron esa noche–. Tienes que cerrar los ojos.
–Pero...
– ¿Por favor? ¿Confías en mí? –Puso sus mejores ojos tiernos.
Marinette suspiró y cerró los ojos. Podía resistirse a esa mirada, pero Adrien la convencería de todas formas al final. Sintió las manos de Adrien tomando las suyas y comenzaron a moverse. No es que se quejara, pero prefería saber qué planes había previstos. ¿Era eso tan malo?
En lo que pareció una eternidad finalmente Adrien la hizo parar y le permitió abrir los ojos.
Frente a ella encontró una especie de tienda de campaña formada por una sábana atada a las ramas de los árboles. Dentro de la improvisada tienda había varias mantas, unos cuantos cojines, y Plagg comiéndose unas galletas.
–He pensado que podíamos estar más tranquilos –explicó Adrien–. Aunque no estaremos libres de cámaras –Le señaló una de las cámaras nuevas que habían colocado tras el incidente de Félix–. Puede ser nuestro lugar, me comprometo a montarlo cada noche para desarmarlo por la mañana.
–Adrien...
Le colocó un dedo en los labios para que no pudiera ponerle otra pega.
–No existe ninguna regla que me impida hacerte regalos. Y tú me prometiste que estas noches serían para nosotros –recordó–. ¿Te gustaría entrar conmigo?
–Solo iba a decir que es precioso. Claro que entraría contigo –sonrió.
Adrien tomó su mano y se agacharon para entrar juntos en la tienda. Marinette se descubrió sorprendentemente cómoda y calentita, especialmente cuando Adrien la abrazó y le permitió recostarse en su pecho.
– ¿En qué estás pensando? –Preguntó el chico al verla tan callada.
–En que no quiero despertarme de aquí. Siento que vivimos en una burbuja que tarde o temprano explotará y...
–Nadie tiene que romper nuestra burbuja si no les dejamos hacerlo –la interrumpió–. Me gustas mucho, Marinette. Pase lo que pase al final, nunca me arrepentiré de los momentos que estoy viviendo contigo.
Marinette no se contuvo más, lo besó. Durante esos segundos se permitió olvidar cualquier temor o duda, ya tendría tiempo para eso en otro momento. Al separarse se quedaron en silencio mirándose a los ojos.
–Hoy estás más cariñosa que de costumbre –comentó Adrien mostrándole una amplia sonrisa–. No me quejo, solo digo. ¿Se debe a lo genial que soy?
Marinette ignoró su broma. Pero Adrien no estaba equivocado, había un motivo por el que ella estuviera más feliz que los días anteriores.
–No porque te lo merezcas... Pero estoy feliz por lo que pasará mañana.
–Espera... ¿Estás feliz de que tenga una cita con Lila?
–No, estoy feliz de que te la lleves por unas horas. La casa y mi estabilidad mental agradeceremos la paz.
Adrien comenzó a reír sin parar.
–Eres cruel, Marinette. Pero si me vas a compensar con besos estoy dispuesto a tener una cita con Lila cada semana, todo sea por la causa. Lila no es tan mala, quizá hasta me pueda gustar...
Marinette bufó y se apartó de su abrazo.
–Quizá deberías haberle preparado esta sorpresa a ella –sugirió de mala gana.
– ¿Eso son celos, Marinette?
–Nunca. Tienes derecho a que te gustemos todas, y Lila es... muy especial.
–Estas noches son para nosotros –recordó Adrien, acariciándole la mejilla con suavidad. A continuación le dio un beso en la nariz–. Y solo quiero hablar de lo especial que eres tú.
–Está bien, lo siento. Aunque me gustaría saber algo. ¿Por qué participar en un programa de este tipo cuando eres Adrien Agreste? Podrías tener a medio planeta a tus pies, y pese a tu arrogancia...
– ¿...soy hermoso y tierno?
Rodó los ojos.
–Iba a decir que tienes buen corazón –terminó–. Al principio ni siquiera parecías querer estar aquí. Tengo la sensación de que me elegiste porque yo no pensaba luchar por ti, solo me pregunto el motivo. ¿Por qué hacer eso si quieres encontrar el amor y... casarte? –No tenían muchas conversaciones acerca del asunto de la boda, él se encargaba de evitarlo.
La expresión de Adrien se ensombreció durante un par de segundos, aunque rápidamente recobró la compostura. Marinette se arrepintió de preguntar al instante. Estaba claro que el tema era tabú, simplemente se pregunta el motivo.
–El problema de ser Adrien Agreste es que nunca sabes quién se acerca a ti por interés y quién porque realmente te aprecia –explicó con calma–. Podría tener al planeta a mis pies pero... ¿cuántos de ellos realmente me querrían conocer a mí? Es complicado encontrar realmente el amor cuando la mayoría de las personas solo se fijan en tu estatus social. Y en cuanto al programa... supongo que alguna vez hay que sentar la cabeza.
Eso no respondía del todo a su duda, pero Marinette optó por no indagar más en el asunto. Aquella respuesta era suficiente de momento. Parecía algo que le preocupaba de verdad, lo dejaría abrirse a ella con el tiempo.
Se daba cuenta de que cada vez estaba ampliando más la perspectiva de futuro en su relación con Adrien, y lo peor es que resultaba agradable.
–Es una explicación muy válida –Asintió Marinette, dando por zanjado el tema–. Vamos a seguir disfrutando de nuestra burbuja.
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No sabía si publicar este capítulo o borrarlo porque lo sentía muy poca cosa pero luego dije bueno, seguro que alguien lo disfruta. Mejor publicar esto que nada 😂
Gracias por leer 😄
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¿Quién quiere casarse con un modelo? AU Adrinette
FanfictionEl concurso del año ha llegado, esta vez con la participación de Adrien Agreste, que tendrá que convivir durante unos meses con cuatro pretendientas totalmente diferentes que se disputarán su amor. ¿Quién será la favorita de Adrien? ¿Triunfará el am...