Capítulo 2

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–Parece que tienes carácter, bichito, lo habías ocultado bien– Dijo Adrien verdaderamente sorprendido por el cambio de actitud –¿Y si no has venido a conquistarme qué demonios haces aquí?

–¿Cómo me has llamado?– Inquirió con ira.

Eso pareció resultarle divertido al modelo, que sonrió con ganas.

–He decidido que a partir de ahora te voy a apodar bichito, ¿no te gusta? Porque te queda de manera espectacular. Y ahora responde tú a mi pregunta.

Marinette se mordió la lengua antes de responder que él le parecía una garrapata molesta. Ya bastante había empeorado las cosas como para añadir más complicaciones en su historial.

–Necesito el dinero para asuntos personales. Pensé que este show sería una manera rápida de conseguirlo, aunque nunca tuve mucha fe – Se encogió de hombros –Siento haberte tratado tan mal, no sabes lo que es tener que fingir algo que no eres durante semanas. Solo he llegado a mi límite.

–Te equivocas, Marinette. Sé exactamente cómo te sientes– Suspiró –Discúlpame también a mí, estoy agotado y no te he tratado como debería. ¿Podría saber para qué necesitas el dinero? Debe ser algo muy importante para que hayas pasado por toda esta situación.

Ella no había tenido previsto contarle nada, pero realmente quiso hacerlo. ¿Qué importaba ya, de todos modos? No tenía ninguna posibilidad de entrar en el concurso final, no tenía sentido seguir disimulando.

–Mi gata está muy enferma, necesita una operación y un tratamiento muy caro que no puedo permitirme– Se encogió de hombros con resignación –Pero está bien, todavía me quedan algunas joyas que vender, podré salir adelante. Siento haberte insultado, eres más amable de lo que parece.

Marinette salió de la habitación sin darle la oportunidad de decir nada más. Se dio cuenta entonces de que le habían sobrado un par de minutos. Todos los allí presentes la miraron sorprendidos pero ella no le dio importancia.

En lugar de acudir con las demás chicas como estaba previsto, comenzó a caminar hacia la salida. Un brazo la detuvo de repente viendo sus intenciones.

–¿Dónde va, joven panadera?– Le preguntó el entrevistador con una gran carcajada –Si ya ha terminado su charla silenciosa debe acudir con el resto de participantes. Aunque no haya ido como esperaba, debe reunirse con sus compañeras hasta la decisión final.

El público respondió con aplausos mientras Marinette volvía a fingir otra sonrisa y se situaba en su sitio correspondiente. Al cabo de unos segundos apareció Adrien junto al presentador. Hablaron un rato sobre sus impresiones de las chicas y de la manera en que cada una de ellas lo había impactado. Marinette no se había dado cuenta antes, pero mirando bien a Adrien podía jurar que estaba igual de cansado con aquello que ella misma. No solo por su sonrisa forzada, su actitud y un tic nervioso en su pie lo delataban si prestabas atención.

Y por fin llegó la hora de la verdad, la decisión definitiva que mantenía en tensión a espectadores y participantes.

Las elegidas del público fueron Lila Rossi y Chloe Bourgeois. Marinette podía entender por qué había ganado Lila, ya que era una chica muy carismática y con un pasado muy triste. Había sabido ganarse al público en base a sus dramas.

¿Pero Chloe? Era irritante y chillona, ¿cómo alguien podía querer soportarla durante veinticuatro horas en un directo? Después llegó la decisión del jurado. Tal y cómo se rumoreaba, la elegida por ellos fue Kagami Tsusuri. Era una buena chica, aunque Marinette tenía miedo de hablarle debido a que siempre se mantenía seria.

–¡Y llegó la parte más importante!– Gritó el presentador, logrando aclamaciones del público –¿Quién será la chica elegida por nuestro modelo?

–Marinette Dupain-Cheng –Respondió Adrien sin titubear.

Todo el mundo quedó sorprendido y en silencio, incluyendo el presentador y las personas del jurado, que no habían esperado aquello para nada. Incluso la propia elegida se quedó en silencio, mirando al modelo como si estuviera loco. Este le guiñó un ojo para hacerla reaccionar, y por fin la actividad volvió a aquel lugar.

–¡Enhorabuena, Marinette Dupain-Cheng!– Exclamó el presentador para terminar con aquella tensión –Por favor, reúnete con las demás seleccionadas. ¿Podemos saber el porqué de tu elección, Adrien?

–Este bichito me ha ofrecido probar el mejor pan de París, ¿quién podría rechazar esa oferta?

–¡Por supuesto que no! ¡Hasta yo quiero probar ese pan!– Bromeó con una gran carcajada –Y parece que nuestra Marinette ya tiene un apodo cariñoso– Dijo con picardía, ganándose una mirada envenenada de la aludida.

–¿Qué puedo decir? Cambian mucho las cosas en diez minutos.

La gala terminó no mucho después de aquello. Permitieron que las cuatro seleccionadas se despidieran del resto de sus compañeras y de su familia en un ambiente algo más privado. Si aguantaban el tiempo necesario no se verían ni comunicarían en tres meses, por lo que se echarían mucho de menos.

Marinette se abrazó a sus padres y a su amiga con ganas, incapaz de creerse que lo hubiera conseguido. ¿Qué le había pasado a Adrien? Él mismo le había dicho que no se ilusionara.

–¡No me lo puedo creer! ¡Lo has conseguido, y te ha seleccionado Adrien!

–Yo tampoco me lo creo, Alya. Con todas esas modelos guapas... ¿por qué me ha elegido a mí?

–No lo digo por eso, es que no esperaba que el modelo tuviera neuronas –Aclaró antes de abrazarla.

–Estamos orgullosos de ti, hija– Sentenció Tom –Si ese modelo se sobrepasa ya sabes lo que tienes que hacer, patada en la entrepierna como he enseñado.

La muchacha rodó los ojos.

–¡Tom, por favor!– Regañó Sabine –Pasátelo muy bien, hija. Y que no te den miedo las cámaras, recuerda que te estaremos viendo en todo momento.

–Gracias. Papá, mamá, Alya –Por un momento bajó su mirada para buscar a su gata aunque de inmediato se sintió idiota. No permitían animales en aquel lugar. Se había despedido de la gata unas horas atrás, pero aun así se sentía mal por no poder darle un último abrazo antes de pasar meses sin verla –Cuidad bien a Tikki, por favor. Y si se pone peor quiero saberlo, no podría soportar que le pase nada sin estar con ella.

–Tranquila, Marinette. Te informaremos si empeora, pero no te preocupes por eso– Dijo Sabine, acariciándole la mejilla –Estará bien.

La chica asintió, no muy convencida. Ya había vivido la experiencia de que un familiar enfermara sin que sus padres la avisaran hasta muy tarde. No quería que pasara eso con su gata, no soportaría no estar con ella en sus últimos momentos. Solo tenía que resistir un poco, hasta que ganara el dinero.

Una tos se escuchó tras ellos.

Cuando Marinette se giró se encontró con Adrien recargado contra la puerta. Se avergonzó de inmediato, ¿desde cuándo había estado escuchando?

–Lamento interrumpir, pero debes ir con tus compañeras, Marinette. Te están esperando en la salida lateral, debéis ir ya a la mansión.

–Gracias, Adrien– Casi sintió ganas de abrazarlo por haberle dado aquella oportunidad, pero se contuvo al no considerarlo demasiado apropiado –Gracias por todo.

–No te preocupes, bichito– Sonrió –Ya me compensarás, ahora debes irte.

Marinette asintió, suponiendo que le pediría pan ya que ella no tenía otra cosa que darle. Dio un último beso a sus padres y a su amiga y comenzó a correr para marcharse, aunque no sin antes ver como Adrien los saludaba con cordialidad.

¿Quién quiere casarse con un modelo? AU AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora