Capítulo 51

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A pesar de lo mucho que había ansiado salir de la casa y terminar el programa, ahora que lo había logrado deseaba volver a estar dentro. Aguantar a su padre y a su futura suegra las veinticuatro horas del día hablándole de la boda era casi tortura psicológica. Aunque ya lo tuvieran todo preparado entre los dos, tanto que la opinión de los novios no importaba, aún se esforzaban por hacerles crees que sí mediante reuniones que no tenían demasiado sentido.

Adrien siempre había pensado que organizar una boda debía ser agobiante, pero descubrió que era todavía peor no tener el control de la suya propia.

Se permitió imaginarse cómo sería compartir aquel momento con Marinette. No le hacía falta vivirlo para saber que hubiera sido muy diferente.

Podía imaginarla perfectamente sentada en su regazo, sonriéndole mientras elegían juntos el estilo de las invitaciones de boda o el sabor del pastel de novios. Después se habrían besado para olvidarse de las tarjetas durante un largo rato. Estaba tan centrado en su fantasía que no se percató de que su padre había dejado de hablar.

Una patada en su tobillo lo obligó a volver a la reunión. Miró a Kagami malhumorado por la patada, aunque ella parecía casi más enfadada que él. Estaba impaciente por llevar a cabo la parte del plan en la que luchaban juntos contra aquella boda. Y Adrien también, aunque la cobardía le ganara.

Gabriel retomó la palabra al volver a tener la atención de los presentes.

-La fiesta de compromiso se llevará a cabo una semana antes de la boda. Solo será para los familiares, un evento más íntimo e informal.

-Creí que ya habíamos tenido una fiesta de compromiso -dijo Adrien.

-La despedida del programa no se puede considerar eso -dijo Gabriel-. El protagonismo debe ser enteramente vuestro. Y, además, tenéis que actuar mejor. No nos conviene que el público piense que esto estaba pactado.

-¿Y acaso es una mentira? -lo interrumpió Kagami. Todas las miradas se centraron en ella cuando se levantó de un salto-. ¡Además, ya lo piensan! Ahí fuera no son idiotas. Todo esto ha estado pactado desde el principio. Y sin mi consentimiento.

-Kagami, controla tus actos -advirtió Tomoe.

-He estado callada para evitar montar una escena pública. Pero eso no significa que esté de acuerdo con la decisión que habéis tomado por mí.

Aunque su voz sonara firme, Adrien pudo ver como a Kagami le temblaban las manos que cerraba en puños. Se dio cuenta de que no habría otro momento mejor, ni tampoco una señal que le indicara cuando mostrar su disconformidad. Admiraba a Kagami por tener la valentía que a él le faltaba.

-Kagami, te ordeno que te controles -dijo Tomoe con más seriedad aún que antes.

-No, Kagami tiene razón -saltó Adrien en su defensa-. No queremos casarnos. Es una pena que hayáis perdido vuestro tiempo organizando esta boda, pero no podéis obligarnos.

Tomoe dio un fuerte golpe en el suelo con su bastón. Incluso Gabriel pareció estremecerse por un segundo.

-¡Esta decisión no es vuestra! En la vida, las cosas no siempre suceden como uno quiere. Es hora de que os comportéis como adultos y no como niños.

-Podríamos hacerlo si tuviéramos la oportunidad de decidir -insistió Kagami mirando fijamente a su madre-. Estoy segura de que podemos encontrar otra solución que no implique...

-Adrien estaba muy de acuerdo con esto hasta que empezó a pensar con otra parte del cuerpo en vez de con la cabeza -dijo Gabriel. El aludido puso los ojos en blanco, aunque también sintió el remordimiento en su interior por haber aceptado llegar a ese punto-. Si tu madre estuviera aquí estaría tan defraudada.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2023 ⏰

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