Capítulo 21: Cita Adrien/Lila

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La cena no estaba siendo tan incómoda como había esperado. Lila parecía tener bastante conocimiento del mundo de la moda, así que Adrien lo estaba aprovechando para orientar todas las conversaciones a ese terreno.

Ella aseguraba haber posado en varios desfiles internacionales de la compañía Agreste, aunque Adrien tenía sus dudas. De todas formas era mejor hablar de moda que de su imposible relación romántica. O de la aventura que Lila había tenido con Félix. Cualquier cosa menos eso.

A pesar de haber encontrado un punto en común, Adrien tenía claro que Lila no sería su elegida ni aunque la elección estuviera en sus manos. Era preciosa e inteligente, pero no le hacía sentir nada especial. No sentía la conexión necesaria que debía tener una pareja, y estaba seguro de que Lila tampoco con él. Había algo en ella que inevitablemente lo espantaba, pero no podía decir qué.

–Entonces, cuando me caí de la pasarela todo el mundo comenzó a reírse de mí –estaba contando Lila cuando volvió a centrarse en la charla–. Fue el peor día de mi vida, caí en una depresión tan profunda que dejé de comer soufflé por un mes.

–Eso suena muy duro...

–Oh, lo fue. Pero ya todo está bien, especialmente ahora que te he conocido. Ya puedo imaginarnos juntos en una revista de moda, nos llamarían la pareja del año. Y el día de nuestra boda...

Se vio obligado a interrumpirla.

–Bueno, Lila, creo que esta relación está avanzando demasiado rápido –Rio forzadamente–. Primero tenemos que conocernos y después...

–Seguiremos el procedimiento básico, tranquilo –Le restó importancia– Soy consciente de que debes pensar bien las cosas. Pero, Adrien, ¿quién te conviene más, una chica que pertenece a tu mundo y sabe todo lo que implica la fama u otra que pretende ganar un juego que no le corresponde?

Sintió como ardía de furia al escuchar la clara mención a Marinette. ¿Cómo se atrevía...?

–Me conviene más la chica a la que pueda amar –dijo cortante–. Y es algo que decidiré yo.

–Claro –sonrió.

Quedaron en un silencio algo tenso, pero Adrien lo prefería.

Esperaba que Marinette estuviera disfrutando mucho de su paz mental, después le cobraría aquello con un par de besos. Se estremecía solo con recordar el sabor de sus labios... Pero era consciente de que no podía tener aquellos pensamientos en plena cita con Lila, por lo que los alejó y se centró en el presente.

–Y... ¿has dicho que empezaste a modelar con diez años? –preguntó para reanudar la conversación.

–Oh, sí, supe que era mi vocación desde que era una niña y mi padre me abandonó –explicó ella–. Muchos me consideran una valiente por trabajar desde tan temprana edad, pero te juro que soy una persona completamente normal y humilde.

–Es bonito encontrar tu vocación desde tan pequeño –comentó, ignorando el resto de la frase.

–Imagino que tú también has sentido siempre el espíritu del modelaje. Eres tan increíble y tan bueno –halagó–. Yo tengo todas tus revistas, eres mi modelo favorito.

Se sintió incómodo con aquel cumplido.

–Pues... sí, claro –Mintió. No era como si quisiera contarle a Lila los dramas de su vida–. Me dedico al modelaje con toda mi pasión.

Al menos no había mentido en eso, le ponía todo el interés que podía.

Uno de los camareros se acercó a la mesa para quitar los platos sucios y servirles el postre que previamente habían pedido, tarta de fresa para Adrien y pudin de limón y merengue para Lila.

¿Quién quiere casarse con un modelo? AU AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora