Capítulo 26

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Tras un largo viaje en coche, Nathalie, Chloe y Marinette llegaron a su destino, un edificio moderno de varias plantas de altura. Antes de que pudieran preguntar o comentar nada, Nathalie las guió hacia dentro.

Caminaron por un pasillo hasta el recibidor principal, un espacio pequeño de paredes blancas y con una ventana en el lateral. En la pared opuesta había una televisión de plasma en la que se veía un reportaje sobre vestidos de novia.

Frente a la televisión había unos sofás de cuero con tres mujeres sentadas, una de ellas era Sabine.

- ¡Mamá! -gritó Marinette corriendo para abrazarla. Las lágrimas que intentaba contener impidieron que pudiera decir nada más.

¿Cuánto tiempo había pasado ya? Parecía una eternidad.

-Marinette... -sonrió Sabine devolviéndole el abrazo con fuerza-. Aunque te veo todos los días, añoraba poder abrazarte otra vez.

Se apartaron un poco del abrazo para sonreírse con cariño.

Un grito de Chloe las sacó de la burbuja, al girarse la vieron hablando con otra de las chicas allí presentes. Se trataba de una joven pelirroja con un vestido de lana y unas gafas moradas.

- ¿Quién eres tú y dónde están mis padres? -Le gritó Chloe.

- ¡Pero Chloe, soy Sabrina! ¡Tu mejor amiga desde el instituto! -Explicó la chica sin perder su sonrisa-. Tus padres estaban ocupados y yo me he ofrecido voluntaria para ayudarte. ¡Como cuando te hacía los deberes de matemáticas! ¡Los vamos a pasar genial!

-Me niego a elegir un vestido de novia sin papá. -Se cruzó de brazos.

- ¡Te echaba tanto de menos!

Para más indignación de Chloe, Sabrina se lanzó a darle un abrazo. A pesar de todo no se apartó, sino que le dio un par de palmadas en la espalda.

-Ya lo sé, soy increíble y todo el mundo me echa de menos.

Viendo que todo volvía a la normalidad, Marinette volvió a centrar su atención en su madre. No estaba dispuesta a desaprovechar su reunión con las niñerías de Chloe.

-Antes de que me preguntes nada, todos están bien -habló Sabine-. Tu padre quería venir, pero lo echamos a suertes y gané yo -reconoció con algo de vergüenza-. No me voy a disculpar, te echaba de menos. Pero papá te manda muchos besos, quiere que sepas que está muy feliz por ti y que ya considera a Adrien de la familia.

Prefería no haber escuchado lo último.

-Dile que lo extraño mucho. ¿Cómo está Alya? ¿Y Tikki?

-Oh, Alya está bien, haciendo muchos reportajes sobre ti -rio-. Tikki también está bien, aunque un poco deprimida. Los veterinarios creen que te echa de menos.

-Oh, no -Toda su alegría se esfumó. Su gata sufriendo y ella encerrada en esa casa sin poder solucionarlo-. Tengo que verla.

Una tos obligó a madre e hija a prestar atención a la tercera persona que las había recibido. Era una chica de estatura baja, con el cabello rubio recogido en trenzas de colores y un traje negro con una etiqueta en la que leía "Asistente Myléne". Llevaba unos documentos en una mano y una cesta vacía en la otra.

Marinette se apuntó volver a sacar la conversación en cuanto tuvieran la oportunidad.

-Hola, siento interrumpir, pero los vestidos de novia esperan -sonrió-. Me llamo Mylène -se presentó-, soy la encargada de ayudaros. Pero antes de pasar al interior necesito que firméis un acuerdo de confidencialidad y que coloquéis todos vuestros móviles en esta cesta. No podéis sacar ni vestidos ni información de este edificio o podríais conseguir que me despidan y que os echen -advirtió sin perder su gesto amable.

¿Quién quiere casarse con un modelo? AU AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora