Adrien estaba preocupado desde que habían comenzado su cita nocturna. Marinette lo sabía, lo veía en sus ojos, pero no sabía cómo abordar el tema.
Podía centrarse en otras cosas, como en la prueba de esa semana. Tenían que buscar unos huevos de plástico que el día anterior habían escondido por toda la casa. Quien encontrara más huevos, ganaba la prueba. Y la que encontrara el huevo de color dorado, ganaría una cita con Adrien.
Pero no podía pensar con claridad con él con una actitud tan decaída. ¿Qué importaban los huevos o la cita si no podía animarlo?
– ¿Quieres contarme lo que te pasa? –se atrevió a preguntarle–. Puedo intentar ayudarte.
–Estoy nervioso –admitió tras un segundo de duda–. Kagami quiere tener una cita sin cámaras conmigo, y no tengo ni idea de por qué. No es como si hubiera hecho muchos avances con ella... He intentado ser cariñoso, pero cada vez lo fastidio de alguna manera. Hace unos días quise acariciar su mejilla y me pegó un manotazo. Todavía me duele, tiene mucha fuerza. –Acarició su mano como para evidenciarlo–. ¿Y ahora quiere una cita sin cámaras? ¿Por qué?
Marinette pensó en una respuesta adecuada con la que ayudarlo. Sospechaba que había algo más detrás de su nerviosismo, pero no veía oportuno indagar al respecto.
Decidió abordarlo con sinceridad e ignorar la punzada de dolor en su corazón.
–Creo que ella es la única que puede responder tu duda. Puedes aprovecharlo para acercarte. Es lo que querías, ¿no? Una oportunidad. Seguro que todo funciona mejor después.
–No, no lo creo. –Aunque por su tono de voz, parecía demasiado seguro de ello–. Es que... contigo todo es tan fácil, y con ella tan difícil que... –Negó con la cabeza y la miró con súplica–. Sois amigas, tú has conseguido entenderla más que yo. Necesito un consejo.
–No sé, Adrien... –dijo Marinette sintiendo una gran incomodidad–. Para acercarte a ella, tienes que ser sincero. No somos iguales, no puedes pretender que la misma táctica funcione.
Creyó comprender en ese momento parte de lo que estaba pasando. Kagami no era tan tonta como ella para creer en las mentiras de Adrien. O quizá sí, quizá estaba enamorada de él y por eso se estaba apartando, para dejar de sufrir.
Una estrategia que Marinette debía anotarse para sí misma.
–Es que no necesito tácticas cuando estoy contigo, me sale natural. ¿Por qué no puede ser igual con ella?
Era incómodo saber que él necesitaba compararlas para experimentar lo mismo con ambas. No solo era incómodo, también la hacía sentir rabia. ¿Acaso lo que sentían no era suficiente para él? ¿Prefería vivir con Kagami todo lo que compartían juntos?
Eran preguntas que no quería responderse.
–Te molesta que hablemos de esto, ¿verdad? –le preguntó Adrien al reparar en su mirada.
Intentó recomponerse, recordando que debía tragarse sus celos y apoyarlo.
–No, claro que no. –Mentir nunca había sido su punto fuerte, en ese momento tampoco lo logró.
–Lo siento, no quería hacerte daño. Marinette, sabes lo mucho que me importas.
–Preferiría que no mencionaras tus sentimientos por mí en este momento. –Cerró los ojos con más fuerza de la pretendida–. Es incómodo.
–Lo siento –repitió él.
Abrió los ojos a los pocos segundos, pero no lo miró.
–Ya te lo he dicho varias veces –dijo Marinette retomando el tema anterior–. Si quieres conseguir acercarte a Kagami o a cualquiera, tienes que ser sincero.
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¿Quién quiere casarse con un modelo? AU Adrinette
FanficEl concurso del año ha llegado, esta vez con la participación de Adrien Agreste, que tendrá que convivir durante unos meses con cuatro pretendientas totalmente diferentes que se disputarán su amor. ¿Quién será la favorita de Adrien? ¿Triunfará el am...