Capítulo 10

865 110 28
                                    

Marinette no entendía nada, pero sabía que pasaba algo extraño con Adrien. No solo lo intuía por el comportamiento agresivo de Plagg, sino por él mismo. ¿Decirle que era su favorita sin ningún reparo? ¿Insultar a Plagg? ¿Dónde había quedado su amor por el gato? ¿Todo había sido fingido?

Y después estaba el brillo diferente en sus ojos. El Adrien normal transmitía bondad, y de vez en cuando picardía cuando bromeaba, pero nunca verdadera maldad. El chico que tenía a su lado, en cambio, parecía un tigre hambriento al acecho de su presa. Le recordaba más a la mirada de Lila que a la de él mismo.

Para acceder al tejado subieron por una trampilla que había en el techo del cuarto de contadores, ayudándose para ello de una mesa. Era un techo plano, afortunadamente para Marinette y su torpeza. Incluso contaba con una barandilla como si en algún momento hubiera habido intenciones de darle uso. Ella nunca antes había subido, más por desconocimiento del sitio que por otra cosa, pero lo cierto es que las vistas eran bonitas. La mansión estaba rodeada de campo, pero si te fijabas muy concienzudamente podías ver luces al fondo.

Tal y cómo Adrien había prometido allí no había cámaras, aunque en esos momentos ella no sabía si eso era bueno o malo.

–Me gustaría que me contaras de ti, Marinette.

–Mi vida es bastante aburrida –Dijo sin darle importancia–. Podría decirse que soy un intento de diseñadora frustrada.

–¿De verdad? Vi tus gafas, fueron buenas.

–Gracias, supongo. Siempre he querido dedicarme profesionalmente a ello pero... la vida me ha llevado por otro camino.

–¿Es por el dinero? ¿Por qué no utilizas el del concurso? Estoy seguro de que ganarás tú.

–Ya sabes que necesito el dinero para otra cosa.

– ¿Eres consciente de que son cien mil euros?

Marinette se sintió como la llamara estúpida sin necesidad de más palabras.

–De todas formas el dinero no lo es todo –Le respondió con brusquedad. No quería admitir que no había pensado para qué usaría lo que le sobrara. ¿Cómo iba a tener cabeza para eso?–. Tengo que ayudar a mis padres en la panadería, no quiero dejarlos solos. Y el diseño es un camino donde no hay nada seguro, debo centrarme en la realidad.

–Ellos entenderán que debes hacer tu vida, no pueden retenerte por siempre –Soltó con un disgusto que ella no esperaba–. ¿Sabes, Marinette? El dinero no es un problema para mí, te daría hasta el último euro que necesites. Incluso podría llamar ahora mismo para contratar a alguien que ayude a tus padres en su panadería, tú no tendrías que sacrificarte más.

Siguiendo su instinto Marinette dio un paso atrás, alejándose. Hasta que supiera qué le pasaba al chico sabía que era mejor guardar las distancias.

–¿A cambio de qué, Adrien? Nadie es tan generoso –Lo miró confundida.

–A cambio de que pases esta noche conmigo y mañana nos vayamos de aquí.

Marinette se quedó tan congelada por la petición que ni siquiera pudo moverse cuando Adrien la acorraló entre él y la barandilla colocando sus manos en la misma. Sintió su aliento en el rostro cuando fue acercándose poco a poco. Se dio cuenta curiosa de que incluso su olor era diferente, no olía a fresas como siempre.

–¿De qué demonios estás hablando?– Tragó hondo, intentando empujarlo para recuperar su espacio vital–. Vale, me estoy empezando a sentir incómoda. Si es una prueba prefiero renunciar.

–No es ninguna prueba, Marinette– Aclaró él–. De ser así no te habría traído a un lugar sin cámaras. Acepta mi oferta y tendrás todo el dinero que necesites.

¿Quién quiere casarse con un modelo? AU AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora