Hange ve como su relación con Levi es destrozada. La mujer mas inteligente de la legión se pregunta a si misma si aun tiene un corazón que entregarle a la humanidad.
Cuando es atrapada por el enemigo, Hange tiene mucho que aprender.
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Zeke no volteo a pesar de saber quienes estaban a sus espaldas, en su lugar salio por la abertura que ambos titanes hicieron y comenzó a alejarse de la base seguido por los enormes cuerpos de cinco y siete metros de altura.
- ¿Como...- Nifa se recostó contra la pared.- ellos no se lo comieron...
- Nifa, vayamos a la enfermería y te lo explicare.- Hanji dijo tomando de los hombros a la joven.
- Mamá...- Udo llamo y recién Hanji lo noto de pie tras ellas.- ¿Era mi padre?
Hanji descubrió varias emociones bailando en los ojos del jovencito y asintió lentamente, lo que no disminuyo el impacto emocional.
- Está bien.- Hanji afirmo, recordandole que tenia todo el derecho de estar feliz, o un poco molesto como ella lo estaba.
Zeke regreso a la base una hora después cuando se aseguro de ocultar lo mejor posible a los dos titanes. La probabilidad de que Zulu envié otro dirigible para rastrillar el área, era muy grande, de hecho mañana deberían moverse si no querían ser atrapados. Cualquier tipo de bombardeo colocaría a los titanes en la mira, y en ese caso, haber preservado sus vidas de ese modo seria en vano.
El rubio se quedo viendo a la abertura que dejaron los titanes en la pared, definitivamente tendrían un problema allí. La base debería tener una o dos laminas para sellado rápido, aunque no estarían en las mejores condiciones, pero la noche avanzaba y no podía proteger a los de adentro con ese enorme faltante de pared.
Cuando Zeke ingreso evitando los pedazos de escombro, descubrió a Udo esperando. Los ojos del niño eran una ventana sincera de la sorpresa, el dolor y la felicidad. Él creció tanto en este tiempo, sus rasgos infantiles han madurado en facciones masculinas hermosas, y eso, piensa Zeke, lo heredo de Hotaru. Los ojos tras los lentes le cuentan una historia contradictoria, y Zeke quiere ser juzgado por su hijo aun si es de forma errónea.
- Hola hijo.- Zeke dijo abriendo sus brazos.
- Estabas vivo.- Udo dice evitando el impulso de correr como un niño y abrazarlo, y llorar que es lo que mas quiere hacer.
- Si.
- ¿Por qué no me lo hiciste saber?- Udo dijo tratando de endurecer su determinación.
- Yo, no sabia si podría acercarme lo suficiente a Ustedes antes de que algo mas pasara.- Zeke bajo los brazos poco a poco sintiéndose un poco ridículo, Udo ya no era un niño, y quizás ya no lo veía como la figura paterna.- Lo siento mucho, hijo.
- Yo la culpe...- Udo dijo bajando los ojos con temor.- Y casi la perdí... casi la perdí como te perdí hace años.
- Lo siento hijo, no era mi intención hacerte sufrir.- El rubio avanzo lentamente para llegar al niño que amaba como su propia sangre.
