Consonancia

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Hanji recostó a su pequeña hija en la cama y tomo un respiro profundo para luego observarla un instante, el cabello marrón era casi tan parecido al de ella solo que mucho mas hermoso. La vice comandante permaneció pensando en los ojos azules que la niñita había heredado de Zeke, era como tener los cálidos ojos del rubio recordandole que estaba allí, en el interior de su corazón sin importar cuanto tiempo pasara.

El sonido amortiguado de los pies de Udo ingresando a su habitación hicieron que ella volteara a ver al jovencito.

- ¿Duerme?- él susurro como si supiera que su hermanita era una bomba de tiempo.

Hanji asintió y lo vio llegar a donde ella permaneciendo de pie a su lado. Él parecía especialmente aterrorizado de acercarse a algo tan frágil y se negaba a cargarla o siquiera tocarla.

- ¿Podemos hablar?- Udo pregunto y noto los ojos marrones de su madre evadirlo.

Ella no quería hablar, sabia que lo que Udo quería era saber porque Levi y Ella no estaban juntos. Explicarle seria demasiado complejo para que lo comprendiera hasta con excusas.

- Voy a tomar una ducha...- Hanji menciono y noto a Udo inflar los cachetes como si aun fuera un niño chiquito.- Mira por Hotaru un momento.

- Está bien.- Udo asintió y poco a poco reemplazo a su madre en el lugar junto a la bebe que dormía profundamente, o aparentaba hacerlo.

Hanji tomo su toalla y después de revisar que todas las puertas estuvieran cerradas avanzo a tomar una ducha.

El agua se enfrió y ella bufo un poco decepcionada. Hotaru tenia seis meses y actualmente requería de una mano mas firme para dormir a horario y aplicar mejor la obediencia. 

Levi se había ofrecido para estar a su lado durante todo el proceso de parto y cuidado... pero ella fue realista, cuanto mas tiempo pasaran juntos mas difícil y evidente seria el hecho de que a los ojos de la castaña, el amor romántico entre ella y Levi seria imposible de concretarse.

- No es que no puedes, Hanji.- Levi expreso mientras la veía dolido a los ojos.- Es que no quieres, no quieres dejar ir a Zeke.

Hanji no se excuso ante aquello, era la verdad después de todo.

- Es lo mejor Levi, podría decir que sí, que debemos intentarlo o que podemos lograrlo.- Ella respondió.- Pero no quiero despertar llorando cada mañana para luego fingir que no pienso en él... y tu... no mereces vivir eso por el resto de tu vida.

- ¿Piensas llorar el resto de tu vida por Zeke?.- El Ackerman pregunto con la incredulidad dibujada en su rostro.

- Probablemente...

Él se marcho a una asignación en Marley hace unos tres meses, cuando no tenia sentido tratar de convencer a la castaña de estar a su lado, aunque solo fuera para ayudarla a criar a sus hijos.

Hanji comenzó a dormitar en la tina cuando escucho un grito de Udo...

- Mamá!

Ella no pensó demasiado en el pudor o cualquier clase de pensamiento que una madre con un hijo adolescente tuviera, simplemente corrió atándose la toalla lo mejor que pudo hasta su habitación y se quedo petrificada viendo a Udo sosteniendo a Hotaru en brazos.

La castaña sonrio aliviada pensando que él tal vez se asusto por cargarla por primera vez, hasta que noto que los ojos del jovencito estaban llenos de lagrimas que comenzaban a escurrirse impiadosamente por sus mejillas.

- ¿Donde...- Udo paso sus ojos llorosos de la bebe dormida en sus brazos a su madre cubierta con una toalla en la puerta.- ... Donde estamos, mamá?.

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Enemigo de la HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora