(Ricardo)
— Y después de seguir todo el proceso, obtienes el resultado — le explicó por última vez a su amigo, Sebastián no entendía muy bien, habían pasado ya toda la tarde y estaba demasiado cansado para que se le hubiera quedado algo, resopló haciendo que su cabello volará un poco.
— No pasaré el examen amigo ¡Estoy frito! — se dejó azotar en la silla.
Ricardo respiró hondo tratando de controlar sus emociones, estaba ya cansando de querer ayudarlo pero no podía dejarlo así tampoco.
— Juguemos un poco para distraernos — le sugirió dando unas palmadas en su hombro. Ambos se levantaron y no con muchas ganas fueron hacía la sala, Ricardo encendió la máquina y el juego de pac- man empezó a sonar, tomó el control entre sus manos y empezó la partida sin mucho entusiasmo.
— ¿Qué sentido tiene comer fantasmas? Son seres vacíos, es como tragar aire: Al final seguirá con hambre — dijo haciendo mención del juego.
— Vamos, no seas tan literal, es solo un juego — respondió Ricardo sin dejar de mover el control.
— Juguemos básquetbol — sugirió Sebastián — así por lo menos moveré un poco el esqueleto.
— Tu ganas — Ricardo apagó la máquina, el caza seres desapareció de la pantalla dejando un leve rastro hasta desvanecerse. Salieron al patio y tomaron la pelota. Aquella idea resultó en provecho para ambos.
En otra parte no muy lejos de allí...
Ariel había llegado muerta del instituto, ambos padres no estaban en casa, habían salido a trabajar. Últimamente habían estado teniendo muchos problemas económicos, el padre de Ariel había perdido el empleo hace poco por una denuncia falsa de fraude en su empresa, mientras no se comprobará su inocencia, tenía que pagar una suma bastante fuerte de dinero, por lo que los ingresos y ahorros se fueron muy rápido. Añadido a esto, y ante el obvio despido, ningún lugar estaba dispuesto a contratarle por su "historial delictivo". Ariel estaba preocupada por esto aunque sus padres le querían ocultar la situación, pero ya no era una niña, tenía casi 15 y se daba cuenta de todo lo que estaba pasando.
Habían resuelto que ambos trabajarían para sustentar la casa, Ariel quería ayudar pero no la dejaron por que ella tenía que estudiar, Ariel no era mala estudiante pero no era lo que más le gustaba, la investigación y los crímenes eran su fuerte. Podía pasarse la noche entera viendo series de detectives y secretos, quería trabajar en algo así, pero debido a su edad e inexperiencia, parecía no encontrar nada por el momento. Así, su única manera de ejercitar sus sentidos era mediante la lectura de los libros de misterio.
Esto fue así hasta que, una tarde que navegaba por internet en busca de un puesto de ayudante como detective, encontró un sitio web bastante interesante al cual le tomó cariño y se enganchó desde el primer momento. Así, pasaron las semanas y Ariel se hizo fiel seguidora de los blogs de "Grandes secretos"
Justo terminaba sus deberes en casa y de la escuela y corría a encender el ordenador, con el mouse navegaba ágilmente por aquel buscador y esperaba pacientemente a que cargará la página. Después leía las últimas novedades. Poco sabía que aquel día su vida daría un giro brutal. En la pantalla había un nuevo apartado "Únete" marcaba en letras llamativas, ella dio clic sobre este apareciendo una invitación atrayente :Buscamos gente como tú. Sí así es, como tú, lectora de este mensaje.
Amadora del descubrimiento y con grandes dotes. Si deseas unirte a nosotros rellena este formulario y te haremos llegar casos para que colabores con nosotros. Por cada caso resuelto damos un regalo de 2 €¡Anímate!
ESTÁS LEYENDO
Nadie es quien dice ser.
AdventureSi un día descubiertas que lo que conoces como tú realidad, tú pasado y tus vivencias no son exactamente de esa manera, ¿Cómo reaccionarías? Anny es una chica como tú y como yo, va al instituto y trata de seguir con su vida diaria como cualquier ad...