AIME.
Oficina del director. 7:30 a.m
Decir que el director había descansado como dios manda, sería una descripción fuera de la realidad. El pobre no había podido pegar ojo en toda la noche. Aquella era su primera reunión de fin de curso, así que estaba muy nervioso, había repasado en su mente la conversación una y mil veces y deseaba de todo corazón que no se le olvidará ni un detalle.
Sabía que Cristian no lo presionaba pero quería hacer su trabajo bien, (trabajo que deseaba mantener por los próximos años.) Eso era su único deseo, después de muchos años de inestabilidad en su vida, lo que más quería era por fin descansar un poco, en un lugar retirado (como ese) y ayudando a los chicos para hacer las cosas bien... Pero, los sueños no siempre se cumplen. Y, desgraciadamente, ese parecía ser el futuro que le esperaba. La cosa de por sí ya era tensa para él pero, cuando se enteró de que su ayudante había desaparecido a mitad de la noche, ahora sí ya no pudo quedarse acostado (dando de vueltas como permaneció por bastante tiempo.) A media noche, había salido a buscarlo entre la zona. Por mucho, el chiquillo tendría 5 años ¿Dónde se podía meter una criatura de esa edad? Tanto la pregunta, como la respuesta, le inquietaban al director. Se torturó la mayor parte de la noche pensando en lo que podría pasarle a ese niño, y en lo que le pasaría a él si algo le pasaba. No era que no le gustarán los niños, no, claro que no. Amaba a los niños y le encantaba entretenerlos con trucos de ilusión y ver sus rostros iluminados de felicidad y sorpresa. Pero, aquel niño no era parte del acto, no deseaba hacerlo desaparecer, lo necesitaba... Por muchas razones lo necesitaba.
Lamentablemente, no podía dar aviso para que alguien más le ayudará a encontrar al pequeño, era un asunto confidencial que solo debía quedar entre esos árboles, así que, estaba solo en esto. Se pasó toda la noche buscando entre matorrales, en los troncos altos y esbeltos de los abundantes pinos y abetos, entre las cabañas, en la cocina, busco debajo de cada roca, en cada hendidura, grieta y hoyo que se veía al paso. Buscó sin descanso en cada copa de los árboles; caminó esa noche como nunca lo había hecho, subió y bajo por el lugar, pero sin resultados positivos.
Durante todo ese tiempo llevaba consigo un frasco de un líquido que bien podía pasar por una malteada de leche con chocolate, el niño lo necesitaría, no estaba seguro de cuando había sido su última comida y de por cuánto tiempo había caminado, necesitaría reponer energías.
Las horas transcurría sin éxito y, casi al amanecer, cuando la luz se estaba haciendo más clara, regresó a su oficina arrastrándose. Los ojos los sentía pesados y se rascaba a cada momento y en cada lugar, llevaba tierra hasta en la conciencia (ni hablar de espinas y púas silvestres) el cabello alborotado a más no poder (cosa que no le hubiera disgustado a una pareja de tórtolas en busca de nido) y lleno de hojas o ramas. Su camisa no había resistido el tiempo y se encontraba totalmente arrugada, la mitad desfilaban juguetona fuera del pantalón mientras la otra mitad parecía permanecer firme en su lugar. Esta misma estaba arremangada hasta los codos y saltaba a la vista el arduo trabajo de campo que se realizó en la noche.
Apenas abrió la puerta de la dirección, pudo entrar con dificultad y se echó en el sillón principal procurando descansar un segundo. Solo le dio tiempo de cerrar los ojos un momento cuando sintió un bulto suave y tibio caer en sus piernas, abrió a medias su ojo derecho viendo al conejito olfatearle con su nariz.
- Hola Robert - saludó exhausto pasando su mano por las orejitas de este - Fue una noche difícil. No logré dar con él - dejó caer su cabeza en el respaldo y cerró los ojos - No sé dónde está, y no seguirá así por mucho tiempo - suspiró angustiado viendo hacia la ventana, los primeros rayos entraron por allí bañando de luz y calor al helecho.
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Nadie es quien dice ser.
AventureSi un día descubiertas que lo que conoces como tú realidad, tú pasado y tus vivencias no son exactamente de esa manera, ¿Cómo reaccionarías? Anny es una chica como tú y como yo, va al instituto y trata de seguir con su vida diaria como cualquier ad...