Reemplazo de identidades (17)

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AIE. Oficina principal.

La hora de la cena ya había pasado, todos los agentes habían regresado a sus respectivos hogares, por allí solo merodeaba una persona: el director. Este caminaba pensativo hacia el estacionamiento, lo sucedido aquel día fue un accidente ¡Estaba convencido de ello! Pero, por alguna razón, los ojos de aquella chica le hacían recordar algo, era como si volviera a vivir esa escena, y lo que recordaba no era muy alentador.
Parpadeó dos veces para dejar de pensar en aquello, se metió a su coche y comenzó a conducir por el túnel hasta salir a la carretera que conectaba con su casa, la noche era estrellada y estaba todo tranquilo. Sonrió pensando en lo bien que iban las cosas, de momento recordó que había un grupo de agentes que no se habían reportado ese día. Cristián continuó conduciendo hasta llegar a su casa, hizo un recordatorio de esto último para que en la mañana pudieran atenderlo. Apagó el vehículo y entro a su casa, se quitó el sacó y lo colgó en una percha, la percha comenzó a moverse sola para acomodar este en su respectivo lugar. Caminó hacia la cocina donde tomó un vaso y un poco de leche, lo puso en el fregadero y comenzó a caminar directo al dormitorio. Había sido un día largo para él, normalmente no llegaba a esa hora a casa pero las cosas se habían dado así.
Llegó a su dormitorio y comenzó a ponerse la pijama, de momento sintió retortijones en el estómago, algo no andaba bien. Se sentó al borde de la cama dispuesto a dormir, entonces recibió un mensaje en su teléfono.

Ha vuelto

Cristián se levantó de un salto y contactó rápidamente a los implicados.

-Disculpen la hora, los he reunido por una emergencia. ¿Puede alguien decirme qué ha pasado? - preguntó viendo a los agentes por la pantalla.

- Está de regreso señor - explicó uno de ellos viéndolo seriamente.

- ¿Están seguros? - preguntó Cristián preocupado. Todos asintieron sin decir una palabra.

- Hemos recibido una señal suya, pero... - hizo una pausa

- Dime ¿Qué pasa? - preguntó impaciente levantándose en el acto.

- Los agentes, de la última misión...  han desaparecido - comentó uno de ellos con el mayor tacto posible. Cristián no pudo evitar caer de una sola en la cama - Perdimos su rastro justo hoy, minutos antes de la señal - añadió.

- Esto me da mala espina - apretó los labios - Contacten a los familiares de los agentes y quiero que los lleven a la AIE ahora ¡Voy para allá! - dijo bajando nuevamente las escaleras aún con el teléfono en mano.

- ¿A esta hora señor? - preguntó otro un poco dudoso.

- Hijo - lo miró por la pantalla - sino vamos un paso al frente perderemos valioso tiempo - Cristián salió de su casa, se subió nuevamente al vehículo y condujo de regreso. Aquella sería una noche larga.

(Ariel)

Después de pedir la parada en el lugar correspondiente bajamos y comenzamos a caminar un poco por las calles del centro. Debido a que era entre semana y temprano, no había tanta gente como de costumbre, lo cual era bueno.

Mamá sabía en qué tiendas había descuento en ropa, así que entramos a ello buscando la sección de vestidos para encontrar algo digno que llevar aquella noche, en la primera no encontramos nada pero si encontramos ofertas en otras prendas que necesitábamos, después de esa compra pasamos a la siguiente tienda y así comenzamos a entrar en varias hasta casi el medio día.

Comenzábamos a tener un poco de hambre pero aún no habíamos encontrado lo que queríamos.

- Ya sabes que así es esto Ariel, cuando buscas no encuentras y cuando no, aparecen muchas cosas - razonó mamá conmigo mientras íbamos de camino a una plaza comercial que tenía dentro una tienda de ropa grande.

Nadie es quien dice ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora