Biblioteca de la AIME. Noche de lunes para martes.
Sebastián había seguido las instrucciones de su padre, él y Michael estaban atentos a cualquier movimiento sospechoso en el radar. Segundos después de que su padre salió, el sonido se detuvo y hubo paz... Lo cual era aún más aterrador.
Michael le ayudó a llegar a la parte de afuera para que, desde la planta de arriba, pudiera ver lo que sucedía. Ambos chicos estaban preparados para una emergencia, toda aquella noche la radio no dejó de sonar y ambos trataban de atar cabos con las conversaciones. Sebastián, al no tener la energía suficiente, tuvo períodos de dormitar. De momento caía en la mesa y el golpe espantaba a Michael, aunque esté le trato de persuadir para que regresará a su cuarto, el chico no cedió y terminó llevándole una almohada para aligerar el golpe contra la madera maciza.
Sebastián estaba allí en caso de que fuera necesario elevar las alcobas cómo las veces pasadas, pero la señal nunca fue dada y las cosas fuera parecían ir bien (bien hasta donde lo permite una situación así) Michael permaneció en vela todo este tiempo, viendo ir y venir las linternas por diversas partes del bosque, algunas veces entre la espesura de los árboles, creía ver una señal de auxilio pero solo era su cansancio.
Casi al dar las cinco de la mañana, se escuchó la puerta de abajo abrirse. Alguien habló en susurró con otra persona. Sebastián estaba despierto, por fortuna, Michael emprendió el plan en caso de emergencia pero, justo cuando lo iba a llevar a cabo, se dio cuenta de que era el padre de Sebastián (e iba acompañado de otra persona, una mujer) Este le saludó con cansancio, se le notaba en los ojos. Volvieron a cerrar la biblioteca y el señor Sebastián llevó a la chica a su oficina
- Si necesitas algo más, estaré pendiente - le dijo una vez que le abrió la puerta.
- Gracias pero estaré bien - le sonrió - procura descansar - suspiró - Esto se aclarará pronto
- Eso espero - comentó el hombre cansado. Ella se metió dentro de la oficina y cerró la puerta, el señor Sebastián caminó lo más que pudo hasta alcanzar a Michael en las escaleras - ¿Qué tal les fue chicos? - le preguntó a Michael al verlo.
- ¿¡PAPÁ!? - gritó Sebastián desde arriba, quería cerciorarse de lo que estaba sucediendo.
- ¡SÍ HIJO! YA SUBO - empujó a Michael animándole a subir. Ambos hicieron esto y el señor Sebastián encontró al chico sentado, con la almohada en la mesa - No deberías estar fuera de la cama - le llamó la atención.
- Michael trajo está a mi - se justificó - ¿Qué tal salió? - inquirió deseando saber que había pasado. Su padre se pasó la mano por la nuca y luego por la cara
- Mañana te cuento. — dijo sin darse cuenta que el mañana ya había llegado. — Por ahora, estamos bien - contestó con las última fuerzas que le quedaban - Es tarde. Vamos a dormir - sugirió. Michael ayudó a Sebastián a llegar nuevamente a su cama y, apenas habían tocado estás, los tres se quedaron profundamente dormidos.
Campamento de la AIME. Martes por la mañana.
(Anny)
Habíamos acordado que la última vigilancia le tocaría a Alexa, está sería de 5-7 de la mañana. En esencia parecía la más fácil (por qué ya está a punto de amanecer) pero en la práctica, es la más difícil. Ambas nos despertamos por el sonido de mi alarma (ella también se había quedado dormida, no la culpo) dimos una mirada rápida a la habitación para asegurarnos de que todo estuviera en su lugar y, echo esto, me puse de pie estirando mis huesos. Por alguna razón, me había quedado dormida sentada por lo que me dolían un poco las piernas y el cuello. Alexa estaba abrazando la sábana al despertarse.
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Nadie es quien dice ser.
AdventureSi un día descubiertas que lo que conoces como tú realidad, tú pasado y tus vivencias no son exactamente de esa manera, ¿Cómo reaccionarías? Anny es una chica como tú y como yo, va al instituto y trata de seguir con su vida diaria como cualquier ad...