La cosa se complica.(18)

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(Ricardo)

Reingresar a la AIE no fue para nada complicado, entré sin filtros ni protocolos, como un viejo amigo que llega de visita después de largo tiempo. El plan comenzaba a correr bien, debido a que me habían invitado desde un inicio para un programa de reclutas, tendría la oportunidad de quedarme en las mismas instalaciones y poder vigilar todo dentro sin contratiempo.

El director a cargo era un hombre relativamente joven, más grande que yo, por supuesto, pero mucho menor de edad que Cristián o incluso el agente Danvers. Llegar a su oficina y registrarme no fue nada difícil, solicité una audiencia con él para informarme sobre el programa de reclutas, esa reunión la íbamos a llevar a cabo esa mañana después del desayuno.

Desayuné en mi habitación un sándwich de atún, el pan estaba un tanto seco y el atún no era fresco ¡Cómo extrañé las deliciosas comidas de nuestras bellas cocineras! Pero por lo menos estaban seguras en un lugar mejor que este, y seguramente seguirían cocinando tan delicioso como siempre a pesar de los pocos ingredientes con los que contaban

Llevaba conmigo el Pin de Esmeralda, lo colgué cerca de mi cuerpo debajo de la ropa, tenía que cuidar esa preciada posesión ya que sería mi llave para cualquier cosa.
Caminé rumbo a la oficina principal, eran casi las 9 de la mañana pero seguía sin estar nadie por los pasillos, di vuelta donde ya sabía y comencé a recorrer el pasillo que daba al lugar, casi al llegar pude percibir un crujido y, de golpe, algo salió disparado contra mí. Me agaché rápidamente y comencé a arrastrarme dentro, debía de capturar al extraño que de seguro le tomó por sorpresa mi llegada. El lugar se quedó en silencio por un microsegundo después pude escuchar una respiración agitada, estaba justo del otro lado del escritorio donde yo me había refugiado. Miré a ambos lados buscando algo para distraerlo, encontré cerca un clip y una liga ¡Con eso me bastaría! Apunte a otra esquina de la habitación para despistar y hacer que volteara, echo esto solo me bastó un movimiento para caer encima del intruso. Este comenzó a retorcerse como gusano en sartén y a dar gritos, entonces fue allí cuando vi que era el nuevo director.

- Disculpe señor - me levanté de un solo saltó, me sentía tan apenado que no sabía por dónde irme.

- ¡Me alegro que seas tú! - se levantó poco a poco desde el suelo. Limpió su traje y estiró los huesos que casi rompí - Eres ágil - comentó viéndome.

- Gracias señor. Lamento la confusión pero no me esperaba el abrupto recibimiento.

- Discúlpame a mí, hoy en día no se sabe quién cruza esa puerta - tomó u gran bocado de aire y trato de tranquilizarse. ¿Acaso había pasado algo aquí que yo desconocía? - Toma asiento por favor - me indicó la silla frente al escritorio - Es un placer conocerte personalmente, he oído mucho de ti, por aquí eres todo una celebridad - mencionó sacando de su escritorio un archivo, ¡Mí archivo!. Sonreí un poco nervioso - He estudiado tu caso - continuó - para saber cómo puedes sernos de ayuda - Abrió una página, casi a la mitad - Aquí dice que has trabajado en el caso de Magnus - comentó señalando con el dedo un par de renglones pero no levantó la vista, yo asentí sin que me viera - ¡Magnus! - levantó la mirada pensativo - Ese tipo ha llamado mi atención desde que llegué aquí - me volteó a ver - ¿Qué tiempo lleva encarcelado?

- En la AIE por lo menos cuatro años - respondí.

- ¿De cuánto es su condena? - preguntó nuevamente inclinándose con interés hacia enfrente, recargó el antebrazo en el escritorio

- Cadena perpetua - solté bruscamente, levantó la vista asombrado- Conozco el caso, aunque no precisamente porque lo hubiera capturado - añadí - hace tiempo me vi implicado en un percance con él - comenté brevemente.

- Ya veo - volvió a la posición inicial y siguió leyendo - ¿Tienes alguna idea de a qué viene el programa de reclutas? - preguntó cerrando mi archivo, negué con la cabeza. Apretó el puño y lo dejó caer violentamente sobre la mesa, frunció el ceño y miró a otro lado. Tardó unos segundos y volvió a serenarse - Bueno, no importa - respiró hondo recobrando el sentido - la instrucción dice que debemos capacitarte con los nuevos adelantes y avances de la AIE. Al parecer servirás de instructor después - Volvió a bajar la vista, miró hacia ambos lados, caminó hacia la puerta, me indicó con la mano que permaneciera sentado, echó un vistazo al pasillo y cerró la puerta - ¿Es obvio no?- preguntó de momento con un poco de frustración y rabia. No respondí, volvió a sentarse - No sé que sucede realmente. Llevo aquí muy poco y temo que esté haciendo todo mal, he trabajado de gerente en otras compañías pero nunca me había sentido así.

Nadie es quien dice ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora