Nadie es quien dice ser.

Huyendo (3)

(Anny)

Dormí de tirón toda la noche hasta la mañana siguiente. Eran las 10 cuando abrí los ojos, me estiré procurando ubicarme. Miré hacia los alrededores de la sala y vi el sillón ¡Ahora vacío! Abrí los ojos asustada y me levanté al instante.

- Papá - hablé esperando respuesta - ¿Papá estás aquí? - pregunté nuevamente caminando por la casa. Estuve llamando así mientras buscaba en todos los rincones, subí a la planta superior sin encontrarlo tampoco. Fui al cuarto de lavado, con la novedad de que había doblado la ropa y la había acomodado para guardarla. Me lleve está a la sala y metí la ropa a la maleta de cada uno. Su maleta estaba allí, pero él no. Caminé a la cocina hasta encontrar una nota debajo de una lata de chocolate en polvo.

Anny, salí a comprar unas cosas. Estoy bien. Regreso pronto.

Papá

Y una carita sonriente. ¿Por qué no me despertó y se fue así? Entonces me empecé a preocupar, no estaba en sus cabales para irse solo y no quería ni pensar lo que pudiera pasarle en el estado que estaba ¿Y si se quedaba dormido a media calle? Miré por la ventana dándome cuenta que el día estaba totalmente soleado, como si nunca hubiera caído semejante huracán. La camioneta estaba estacionada fuera, eso me consoló un poco ¡Por lo menos no atropellaría a nadie! Lo único que me quedaba en ese momento era esperar a que regresara. Recogí la colchoneta y la acomodé donde la había tomado el día anterior, acomodé la sala de igual forma y pasé al baño para arreglar un poco mi cabello. La mañana estaba un poco fresca así que, en mi ropa cómoda de vagabundo que yo llamó pijama, me puse una sudadera que me quedaba bastante grande pero muy cómoda.
Bajé a la cocina nuevamente para esperarlo, mientras tanto, vacíe en un vaso un poco de leche y fui al sillón a esperar que llegara (no había nada más que hacer, ni quería todavía comer por el momento) prendí el televisor encontrando una película con una trama muy interesante, tenía poco que había comenzando por lo que al inicio me costó un poco comprender el hilo de la historia pero poco a poco me fue enganchando. La historia iba de una niña que viajaba al Amazonas para rescatar a su hermano que había sido secuestrado por una banda de traficantes de animales exóticos. La acompañaba una mujer de Brasil (no entendí que relación tenían entre ellas) En el camino, ambas se tomaban con otra niña de una tribu indígena que estaba muy apartada de la civilización, la niña la lleva a su aldea porque lleva consigo un collar que le había pertenecido a la abuela de ella y que fue un obsequio hacia una amable médico que había salvado la aldea de una epidemia muchos años atrás. Los aldeanos reciben a la niña y su acompañante con gusto y le prometen que le ayudarán a buscar a su hermano pero deben quedarse allí hasta la mañana siguiente (pues ya va a oscurecer) ellas pasan la noche allí y a la mañana siguiente, el jefe cumple su promesa mandando a sus mejores guerreros para encontrar a su hermano. Lo localizan en un camión y lo intentan liberar sin éxito, la pequeña va a buscar el camión y regresa a la ciudad con su acompañante para llegar a la bodega donde estaban almacenando los animales exóticos. Pero, los hombres que conducían el camión, la reconocen y las comienzan a perseguir por un mercado... Allí, en medio de la escena de persecución, mi celular comenzó a sonar, era el tono de llamada. Salté del sillón y corrí a la barra de la cocina (que era donde había dejado el teléfono) contesté rápido al ver que era papá.

- ¡Anny! - dijo aliviado - ¡Sal de allí! - exclamó alarmado.

- ¿A dónde? ¿Dónde estas? - pregunté confundida tratando de mirar la escena que seguía de la película.

- ¡ESO NO IMPORTA! - alzó la voz. Esa llamada me sacudió. Bajé el volumen del televisor para escucharle - Sal de la casa ¡Ahora! - repitió - Lleva contigo la mochila que está colgada a la entrada y vete ¡Ya!

- Sí, sí. - dije caminando rápido hacia la puerta y tomando la mochila

- ¡No por la principal! - advirtió casi al momento que estaba por abrir la puerta. Solté la manija al instante como si estuviera electrificada.