(Anny)
Ahora mismo estoy atada a una silla de metal, y a espaldas mías se encuentra mi mejor amigo, atado igual que yo, las cuerdas que nos sujetan son bastante fuertes, y la silla ¡Puff! imposible de mover. Estamos encerrados en un cuarto grande y vacío con excepción de las sillas que nos sujetan. Las paredes pintadas de gris dan un toque sombrío al lugar, hay una ventana con vidrio polarizado a mi lado derecho, y del techo cuelga una lámpara que a duras penas nos regala un poco de su luz opaca amarilla.
A pesar de las medidas que tomé para evitar este desenlace ¡Aquí me encuentro! ¿Y cómo, quizá, se pregunten ustedes, es que llegamos a este punto? Bueno, puedo responder por mí, pues aún no entiendo muy bien que hace Juan Carlos aquí.
Llevábamos aproximadamente una hora desde que nos habían amarrado, bueno tal vez más. No era certero mi cálculo pues carecía de puntos de referencia naturales con los que pudiera guiarme, y mi reloj de muñeca se encontraba atorado detrás mío. Hice una mueca con la boca pensando en nuestras posibilidades de salir.
Todo este lío comenzó en la última vez que observé mi reloj, eran las 7: 45 PM. A esa hora me encontraba en la oficina del director, sabía de memoria el programa para iniciar la ceremonia, con todo el protocolo correspondiente, se llevaría a cabo a las 8:00 en punto. No tenía duda de ello pero, para asegurarme bien, me previne de poner sensores en los asientos del auditorio para cuando fuera a terminar el programa, y todos se levantaran, me enterara al momento. Como extra, por si esto fallaba, puse pequeños sellos de oso como cámaras de vigilancia y llevé conmigo el aparato en caso necesario de ser requerida una vigilancia adicional. Sumado a esto no podía dejar de lado el apoyo de dos grandes chicas Sol y Berta, que amablemente, se habían ofrecido a ayudarme en cualquier cosa que fuera necesario y vigilar el auditorio ante algún cambio.
Para esto tuve que revelarme ante ellas ese mismo día, no podía hacerlo en mi cabaña por qué, en teoría, no estaba ahí. Por lo que las llamé, siendo "Alexa" a un lugar solitario y les expliqué un poco de lo que estaba pasando. Ambas fueron muy comprensivas y ofrecieron su ayuda sin pensarlo dos veces. Cómo ambas estaban en la orquesta del campamento, podrían vigilar desde el escenario y serían mis ojos y oídos en esa zona.
Así que, desde la posición que me encontraba, solo debía de elevar un poco la cabeza para cerciorarme de que todo estuviera bajo control, vi una vez mas el auditorio sabiendo que todos estarían allí, todos excepto yo.
Por lo pelos salí del lugar siendo las 7:40, a penas si pude escabullirme antes de que cerraran las puertas principales. Entré al edificio principal con el mismo vestido de ceremonia que me puse esa noche, no podía retrasar mi huida cambiando mi atuendo en los baños del auditorio, aquello podía arriesgar mi plan. Así que, cargando conmigo una mochila que oculté muy bien en un árbol cerca de la biblioteca, me cambié de ropa en la zona y subí sin más hasta mi destino. Cabe recalcar que muchas cosas las llevaba debajo de mi vestimenta, sabiendo que no podría caminar en la tierra con los zapatos de tacón que llevaba, guarde sabiamente unos zapatos de piso debajo de la falda de tul como ayuda temporal mientras tomaba los de mi mochila.
El pasillo que llevaba a la oficina del director estaba ligeramente iluminado pero dentro la historia no sería la misma, lo sabía porque ya antes había estado ahí, así que sabía que debía acostumbrarme rápido al cambio de luz. Además, dentro no podría hacer uso de la electricidad por qué fácilmente me verían desde el auditorio. Abrí la puerta de golpe viendo solo tinieblas, poco después percibí la luz de la luna que entraba entre las persianas de la ventana, el helecho estaba debajo. Me metí dentro cerrando la puerta de una sola, sin tener problema con la poca luz, revisé el perímetro buscando mi pasadizo.
Entonces, al momento de agacharme, una cosa peluda pasó entre mis pies haciéndome retroceder sin más con la sangre fría. Me puse de pie al instante procurando guardar la calma y no gritar, no debía llamar innecesariamente la atención, la misma criatura saltó entre mis pies.
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Nadie es quien dice ser.
AdventureSi un día descubiertas que lo que conoces como tú realidad, tú pasado y tus vivencias no son exactamente de esa manera, ¿Cómo reaccionarías? Anny es una chica como tú y como yo, va al instituto y trata de seguir con su vida diaria como cualquier ad...