Coincidencias de la vida (2)

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Escuela Secundaria. Salón 3 C

Los alumnos de la clase parecían a la expectativa, pero no era precisamente de lo que se les enseñaba. La mayoría de los chicos había dejado de prestar atención a las últimas dos clases, por su mente pasaban varias cosas pero la más importante es que serían libres al fin. Contaban los minutos y segundos que faltaban para las vacaciones, para que el reloj al fin sonará la campana.

Era el grupo de tercero de secundaria, estaban ansiosos de que al fin saldrían de la escuela, algunos no pensaban más que en las vacaciones.

Los chicos aplicados de la clase se encontraban sentados hasta adelante, pero incluso ellos estaban ilusionados por salir de la escuela, susurraban y se reían entre sí. A los maestros les importaba poco si les prestaban atención o no, ellos también anhelaban por fin ser libres. Dos meses libres, ocho semanas sin alumnos, sesenta y dos días sin trabajo y muchas horas de relajación.

Los populares del salón estaban sentados en medio viendo la ventana a espera de que por fin sonara ese desquiciado reloj que parecía detenerse en momentos. Anhelaban las vacaciones y así poder disfrutar de las playas y el calor del verano.

Y hasta atrás... estaba ella, ella no tenía nada de especial (o por lo menos ella se consideraba así). Estaba hasta atrás del lado derecho del salón junto al librero de metal; una chica bastante tímida, su grupo social se limitaba a dos amigos, un chico y una chica normales.

Ella es Anny Villalobos (no le pierdan de vista pues alrededor de ella marcha nuestra historia) Anny estaba tratando de prestar atención a lo que la maestra decía, mordisqueaba la goma en la punta del lápiz en un intento por calmar su ansia de que por fin terminara la clase. Su amiga, Sol, se encontraba sentada a la izquierda de ella golpeando la cabeza de su lapicero contra su escritorio al ritmo del segundero del reloj. ¡Clac! ¡Clac! ¡Clac! Se escuchaba a cada segundo.

"Le podría dar una contusión a ese lápiz" comentó entre dientes Anny con una leve risita, lo hizo tan bajo que creyó nadie la había oído. Su amigo Juan Carlos, sentado frente de ella, volteando disimuladamente, le sonrió y volvió a ver a la maestra.

Juan le pasó un papelito disimuladamente por detrás de su espalda. Anny lo leyó

— ¿Qué harás estas vacaciones? — Preguntaba con una letra típica de él. Ella tomó el lápiz y escribió : "Voy a pasarla con la familia de Sol" y se lo devolvió. Poco después Juan le pasó otro nuevamente

— "¿No me acompañarás al campamento este año? Creí que éramos amigos :(

 Anny sonrió al ver el nivel de madurez de Juan.

— Lo somos, pero mi padre tuvo otros planes para este verano

 Anotó en el papel arrugado que le había pasado y lo aventó discretamente hasta la mesa de él.

Anny y Juan Carlos habían ido al mismo campamento desde que ellos... bueno, desde que Anny tenía memoria ambos habían estado juntos. Cada verano se volvían a encontrar, pero al parecer al fin este verano podría estar con Sol. La familia de Sol eran de México, por lo que cada verano sus padres solían viajar al país para pasar las vacaciones con la abuela de la familia. Sol era la hermana mayor de otras cuatro niñas y un pequeñín por lo que las posibilidades de que llevaran a Anny con ella eran relativamente pequeñas, pero este año había logrado convencer a ambos padres para que ella pudiera ir.

Juan Carlos fingió estirarse y devolvió el papel al pupitre de Anny.

—Te extrañaré. Cuanto desearía que un oso te comiera en el bosque, creo que tendré que decirle que será el próximo año

Nadie es quien dice ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora