Nadie es quien dice ser.

El verdadero señor Sebastián (28)

Hacía poco que la cápsula de protección había descendido sobre el lugar. A simple vista, está no era notoria gracias a su casi invisible capa. De no ser por algunos destellos, que bien pudieran confundirse con luciérnagas, fácilmente pudiera pasar desapercibida aún en una noche estrellada y clara como esa.
Cualquier entrada al lugar estaba cerrada, nadie podía entrar ni salir. Y esto último es lo que más les interesaba.

Una vez fuera del auditorio, habiendo realizado el conteo general sabiendo que no faltaba nadie, se procedió a continuar con la siguiente etapa del plan. Los mini agentes tenían a su mando a algunos novatos para repartirse y, entre todos, hacer rondas con el fin de encontrar a los sobrevivientes. No podían salir de ahí y, lo más seguro, es que estuvieran en la zona. Así que, la misión era recorrer el lugar hasta donde se diera alcance a la cápsula, buscando sobre los árboles y a dónde pudiera la vista.
Cada uno de ellos fue provisto de un manojo de musgo para hacer señales en caso de localizarlos y necesitar refuerzos. Así, con nada más de material que sus cerebros y su ingenio, comenzó el recorrido por la zona.

Ricardo tuvo el buen tino de llevarse consigo a Alexa, Andrés y Michael. Este último se adhirió a ellos desde el momento en que supo que se trataba del padre de Anny, así que, no hubo modo de deshacerse de él.
La estrategia consistía en tener cerca a la primera para protegerla (los sobrevivientes también la buscaban) al segundo para vigilarlo, y el apoyo de Michel no fue mal recibido en ese momento en caso de suscitarse un complot.

Aunque este último no conocía a Ricardo personalmente, le bastó solo un momento para acoplarse a él y, con su elocuencia y vivacidad de siempre, habló como había conocido a Anny. (Eso sí, reservando algunos detalles confidenciales.)

Andrés escuchaba en silencio todo el relato y, cuando Michael hizo ilusión a lo ocurrido en el videojuego, el chico se puso pálido y luego colorado de vergüenza, bajando al momento la cabeza. Ricardo notó esto y decidió cambiar la conversación preguntando más sobre "Sebastián".

Por alguna razón, creo más que nada, instinto paternal, el que su hija estuviera tan ligada a alguien como "Sebastián" era motivo de preocupación, perdón, quise decir, investigación. Sea como fuera, Ricardo estuvo muy interesado en escuchar al chico en todas las descripciones de su amigo, en su relación con Anny y en lo que había sucedido.
La verdad sea dicha, para Ricardo no le era extraño que Anny se llevará bien con Juan Carlos, pero este chico era nuevo en la ecuación. Preguntó sutilmente por su apariencia, con el pretexto de "sí le era conocido". Michelle dijo lo obvio, que era alto, algo delgado pero, a pesar de eso, tenía bastante resistencia para soportar una carrera de nado. No quedando muy satisfecho con tan poca descripción del sujeto a investigar, volteó a ver a Alexa y le preguntó con el tono mas  inocentemente con el que pudo hablar:

— ¿Lo conoces?

La chica asintió levemente diciendo que ya lo había visto, donde estaba antes, refiriéndose a la AIE. A pesar de que Andrés daba señales de arrepentimiento, Ricardo no podía cifrar toda su confianza en él, principalmente porque sentía que le estaba ocultando algo importante y deseaba descubrir que era. Por lo tanto, la conversación en clave tuvo que proseguir hasta que estuvieran en un lugar seguro.

Todo esto, mientras continuaban la ronda de vigilancia con rumbo al edificio principal. Siempre cabía la posibilidad de que se hubieran quedado atrapados dentro y ¡Eso era lo menos conveniente! Además de esto, Anny y Alexa habían acordado verse ahí, por lo que, Ricardo tenía la esperanza de que su hija estuviera sana y salva en el lugar. Aunado a esto, George estaba dentro, delirando, y, seguramente, el doctor Vargas no podría hacer mucho sin el aletargador.

Mientras Michael explicaba algo más, Ricardo miró de reojo la ventana que daba hacia la dirección, cuando apenas un simple reflejo de luz  parpadeó para desaparecer.