#EXTRA. [LEAH]

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Leah. 13 meses después del atentado.

Hacía frío, no podía entender qué era lo que sucedía conmigo. Mis ojos pesaban, podía escuchar como alguien a mi lado recitaba y una canción.

Hasta que mis ojos se abrieron.

El lugar era blanco, y con poca iluminación.

—Estás despierta—susurró una persona a mi lado. El chico me estaba leyendo un libro, lo miré extrañada.

¿Qué era lo que hablaba? ¿Y quién era? ¿Qué hacía yo en este lugar?

—Lo siento yo... ¿Qué ha pasado?

El hombre me observó cabizbajo, una expresión extraña había en su rostro.

—¿No recuerdas nada?—susurro, pero mi mirada le demostró que no—, tuviste un accidente, te dispararon y te creyeron muerta hace un par de meses—murmuró.

Intenté ir hacia atrás, pero no pude. Había un vacío que no se podía sacar con nada.

—Te hemos hecho muchos exámenes desde que alguien anónimamente te trajo, si hubiera pasado un segundo más estarías muerta.

—¿Que me sucedió?—susurré, sin poder hablar demasiado.

—Alguien te disparó hace algunos meses—dijo suavemente—, exactamente trece. Llegaste aquí con riesgo vital, fue un milagro que hayamos podido salvarte. Las heridas por arma de fuego actualmente son muy frecuentes en todo el mundo. Este fenómeno se debe a múltiples causas, entre ellas a los enormes y múltiples intereses involucrados en su producción, falta de control por las autoridades, impune contrabando, delincuencia organizada, guerras -casi siempre por fanatismo religioso-,entre otros. Pero nunca supimos qué fue lo que pasó contigo, nadie reclamó tu cuerpo, nadie nunca preguntó.

—Perdona, ni siquiera sé que es lo que me hablas—susurré, sintiendo un enorme dolor de cabeza der repente—, no sé nada.

—No importa, debes descansar. Llamaré al médico de guardia.

—¿Quien eres tú?—susurré, el me sonrió.

—Soy un interno, aunque estoy fascinado con tu caso—murmuró, tocándose el cabello—,vengo todos los días desde que llegaste, pensé en la gran historia que me esperaba detrás de ti.

—Pero no recuerdo nada.

La puerta blanca se abrió y una mujer algo mayor entró con una bata blanca. Su sorpresa fue evidente. Otros jóvenes entraron con ella, todos asombrados de verme despierta, aparentemente.

—¿Despertaste?—dijo, la miré obvia.

—Tiene amnesia, sabíamos que era algo muy probable.

—Puede ser temporal—dijo otro de los chicos, mirándome como si fuera un bicho raro.

—No lo es, la contusión que tuvo fue horrible.

—Basta—dije, mirándolos a todos. Habían cerca de seis personas en la habitación—, sólo quiero saber que fue lo que pasó conmigo.

La doctora se acercó a mi  y me miró con ternura. Observó un pequeña planilla y me leyó.

—Sabemos que tienes alrededor de veinte a veinticinco años, que fuiste hallada en el centro de juzgado de Zúrich con una herida de bala, tuviste una hemorragia severa, en este año padeciste dos paros cardiacos y uno respiratorio—me dijo, sentándose en la camilla junto a mi—, caíste en coma muchos meses y según lo que hemos encontrado, fuiste mamá.

—¿Qué?—dije, sin poder entender.

—Así es, ¿No recuerdas como te llamas verdad?

Negué con la cabeza, ¿Quien querría hacerme daño?

—Te haremos exámenes inmediatamente , llamaré al personal para que te den de comer, seguro debes tener mucha hambre.

Sonreí y el chico que me había visto principalmente se quedó. Su cabello rubio y sus ojos azules llamaban la atención.

—No sé que es lo que pudo haberte sucedido, debe ser horrible que alguien te quisiera muerta–habló, colocando una mal en mi mejilla. Su tacto me causó impresión—, prefiero no averiguarlo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, ¿Qué era lo que había pasado conmigo?

—¿Dijo que fui mamá?

—Eso parece—susurró—, aunque cuando te encontraron recalcaron que estabas sola.

—Diablos...—susurré.

—Eres una guerrera, tranquila. Empezarás de cero.

Sus palabras quedaron grabadas.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora