5. Nos iremos de viaje

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Naylea- Miércoles

Entro a la empresa con toda la seguridad del mundo, que en segundos se esfumina al detallar al personal de esta, todos se ven muy maduros y profesionales, creo que soy la más joven aquí.

—Buenos días—le digo a la recepcionista.

—Buenos días señorita, ¿qué se le ofrece?—responde amablemente.

—Quiero saber donde se encuentra el área de recursos humanos, necesito pasar a recoger un contrato.

—En el piso dos, tome el ascensor.

—Gracias.

Me dirijo al ascensor fascinada por el tamaño de esta empresa, es enorme, creo que nunca me cansaré de decirlo, me siento como la primera vez que entré. Rápidamente me arrepiento de estar de curiosa porque choco con una persona que trae unos papeles.

—¡Ay, lo siento!—digo antes de agacharme a ayudarlo a recoger todo lo que dejó caer por mi culpa.

—No hay problema—dirige su vista a mí, es precioso, tiene una recortada militar que queda perfecta con su tipo de cara, sus facciones son duras y su cuerpo, a pesar de llevar traje, se ve ejercitado, sus ojos son grises.

—Soy un poco torpe—respondo avergonzada.

—Los errores son de humanos, y ya que hablamos de humanos, mi nombre es Matías—extiende su mano la cual no dudo en tomar.

—Naylea—sonrío.

—¿Qué te trae por aquí Naylea?— pregunta mientras nos levantamos.

—Soy la nueva asistente de presidencia.

—¡Ugh!, te deseo suerte—su cara cambia de felicidad a desagrado.

—¿Por qué esa cara?, ¿tan malo es el jefe?

—Mmm, es especial—sonreímos, pero un carraspeo detrás de mí, nos interrumpe.

—Dario...

¿Dario?

DARIO.

Siento los nervios recorrer todo mi cuerpo con tan solo escuchar ese simple nombre, ¿nos habrá escuchado hablar de él?, encima, yo debería estar en su oficina.

—¿Por qué no está en su puesto?, no me tutees en el trabajo—habla refiriéndose a Matías.

De esta no paso, me despedirá y tendré que considerar abrirme una cuenta en Only.

—Porque tropecé con Naylea y se me cayeron los papeles.

—Yo los vi sonriendo, les recuerdo que esto no es un parque, aquí hay reglas.

—¿Acaso está prohibido sonreír?

Por aquí me huele a despido y no específicamente al mío.

Pista: su nombre empieza por ma y termina en tias. Yo solo digo.

—Vaya a su puesto de trabajo, no me haga enojar tan temprano.

—Siempre lo estás.

Matías no tiene frenos, simplemente le contesta, como si no estuviera hablando con su jefe.

—Señorita Naylea.

Me volteo con pesar, no me sentía preparada para mirarlo a los ojos.

Más que tu jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora