Me acerco al portón de la casa de mi inescrupuloso jefe, todos están tranquilos.
—¿Qué pasa aquí?—pregunto a uno de los guardias.
—Darío tiene visita.
—¡Noche de películas!—digo emocionada, pensando en lo que haré, apenas ponga un pie en la habitación.
—No, el señor dijo que se integre a la cena apenas regrese.
—¿Yo?—asiente—¿para qué?—alza ambos hombros, dejándome entender que no sabe la razón.
—Está bien, gracias.
—También le mandó a decir que se arregle y baje con la tablet, estarán en la mesa.
Me adentro en la casa tratando de no llamar mucho la atención, para luego subir a ponerme algo decente.
—No sé porqué Dario no me avisa estas cosas con tiempo—refunfuño, aún estando segura de que si le pregunto, me contestará algo como: porque soy el jefe y hago lo que quiera.
Tomo una ducha rápida, no me puedo presentar oliendo a basura, y al salir saco del guardarropa un vestido negro, pegado al cuerpo, es sencillo, pero estaré en casa, no necesito mucho. Mi pelo lo dejo caer con algunas ondas encontradas; dudo mucho sobre qué usar en los pies, mas conociendo a Darío, no creo que unas chancletas sean mi mejor opción; opto por unos tacones negros no muy altos, tomo la tablet y me cercioro de que todo en mi habitación haya quedado en su lugar, antes de salir cerrando la puerta detrás de mí.
— Buenas noches mi nombre es Naylea Williams soy la asistente del señor Darío Johnson, disculpen la tardanza—me presento observando a cada una de las personas en el lugar, solo reconozco a Kris y Dario.
Tomo asiento en una silla vacía entre los anteriormente mencionados y observo a mi jefe, quien me dedica una mirada acusatoria. Supongo que debe imaginarse en donde estuve estas últimas horas, empero, él no se tomó la molestia de avisarme que hoy habría una reunión en la casa, no puede estar siempre disponiendo de mí y mi tiempo, como si no tuviera mis propios problemas y necesidades.
Me remuevo un poco incómoda en mi asiento mientras los escucho reír y charlar tranquilos, no entiendo el porqué de mi presencia si no se está discutiendo nada de negocios.
—Espero que estén pasando una cálida noche—en un momento les estarán facilitando la cena.
¡Argh! Me perdí de la entrada.
Apenas termina de hablar, veo a Irisa junto con otras empleadas, acercarse con la cena.
Observo mi plato y desconozco el tipo de carne que yace en este, a mi lado una salsa que sinceramente se ve deliciosa y en el centro de la mesa cautivan mi atención, varios paires con distintos acompañamientos para la carne.
—Espero que disfruten al máximo esta exquisitez.
Todos comienzan a servirse de los paires y degustar de su comida.
Yo por mi lado, no me preocupo por algún acompañamiento, me causa curiosidad probar esta salsa de color extraño.
Tomo mi cuchillo y con ayuda del tenedor, corto un trocito de carne para sumergirlo en el tazón, pero mi mano es tomada por una más grande, impidiendo mi cometido.
—La salsa contiene picante—avisa Dario—lo último que quiero es tener que interrumpir la cena por tener que llevarla al hospital.
¿Gracias?
La alejo recordando todas las veces que he tenido que ir a emergencias con la cara hinchada y picazón en todo el cuerpo.
Darío le hace seña a una de las chicas del servicio para que se acerque.
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Más que tu jefe
Dla nastolatków¿Qué harías si una noche tu madre decide echarte de casa sin nada más que la pijama con que pensabas dormir minutos antes? Naylea es una chica tímida, cariñosa y astuta, nunca ha tenido novio porque cree fielmente en que el amor no se busca, sino, q...
